La estratificación del riesgo de los pacientes con dolor torácico se ha centrado tradicionalmente en la identificación de la enfermedad arterial coronaria obstructiva (EAC). Usando este enfoque tradicional, se encuentra que muchas personas sintomáticas tienen enfermedad coronaria no obstructiva. La guía de dolor torácico de la Asociación Estadounidense del Corazón/Colegio Estadounidense de Cardiología/Sociedad Estadounidense de Ecocardiografía/Colegio Estadounidense de Médicos del Tórax/Sociedad de Medicina de Emergencia Académica/Sociedad de Tomografía Computarizada Cardiovascular/Sociedad de Resonancia Magnética Cardiovascular amplió el alcance de la angiografía coronaria computarizada cardíaca, lo que resultó en una mayor identificación de pacientes con enfermedad coronaria no obstructiva. Además, los avances recientes en soluciones de inteligencia artificial, hardware y software han permitido la identificación de enfermedades microvasculares e introdujeron nuevas categorías de riesgo dentro de la EAC no obstructiva con un continuo de riesgo entre la prevención primaria y secundaria. Por lo tanto, existe una creciente necesidad de que los equipos de atención se mantengan actualizados sobre el diagnóstico, la estratificación del riesgo y el manejo de los pacientes con enfermedad coronaria no obstructiva. Mientras que solo un subconjunto de pacientes con dolor torácico tiene angina verdadera a pesar de la enfermedad coronaria no obstructiva, la enfermedad coronaria no obstructiva subyacente merece atención. El tratamiento médico de la enfermedad coronaria no obstructiva desempeña un papel esencial en la estabilización y regresión de la placa para disminuir el riesgo de síndromes coronarios agudos. Las nuevas terapias farmacológicas y la evaluación no invasiva de la placa aumentan el potencial de intervenciones médicas impulsadas por la placa. Sin embargo, los datos en pacientes con dolor torácico que tienen CAD no obstructiva son limitados y, en la práctica clínica, múltiples factores conducen a la pérdida de oportunidades para terapias de precisión, con disparidades comprobadas en la atención. Revisamos la evidencia actual sobre la estratificación del riesgo para la enfermedad coronaria no obstructiva y discutimos sus implicaciones y opciones de manejo médico.
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