jueves, 27 de junio de 2019

Interacción desfavorable entre antidepresivos de uso común y el opioide tramadol. Pharmacotherapy.

Un estudio demuestra con datos de la práctica real que existe una disminución clínicamente relevante en la eficacia del tramadol cuando se usa para el control del dolor en pacientes que reciben tratamiento conjunto con fármacos para la de presión que son inhibidores de CYP2D6.
Tramadol es un analgésico opioide ampliamente utilizado tanto para tratar el dolor agudo en pacientes hospitalarios como el dolor crónico en pacientes ambulatorios. El medicamento se metaboliza a nivel hepático por el citocromo P4502D6 generándose un metabolito intermedio activo responsable de su potente efecto analgésico. Diversos medicamentos presentan características inhibitorias de CYP2D6. Entre ellos, antidepresivos como bupropión, fluoxetina y paroxetina, y los de uso menos frecuente quinidina, rifampina y terbinafina, han sido caracterizados como fuertes inhibidores de CYP2D6.
En muchas ocasiones el dolor crónico y la depresión y la ansiedad van de la mano. Esto hace que en la práctica real sea frecuente que se administren conjuntamente opiodes como tramadol junto con antidepresivos con alta capacidad inhibitoria de CYP2D6. Distintos estudios han analizado los efectos farmacocinéticos de esta interacción, pero se sabe poco sobre su efecto clínico real. Un nuevo estudio centrado en esta cuestión ha tratado de determinar si existe una disminución clínicamente relevante en el control del dolor en pacientes que toman tramadol de forma concomitante con antidepresivos que son inhibidores fuertes de CYP2D6.
En el análisis se incluyeron los registros de medicamentos de 152 pacientes adultos que recibieron tramadol programado durante al menos 24 horas con (76 pacientes) o sin (76 pacientes) un antidepresivo clasificado como inhibidor fuerte de CYP2D6. Se observó que los pacientes que también tomaron los antidepresivos (fluoxetina, paroxetina, o bupropión) necesitaron tres veces más cantidad del medicamento para el dolor por día, en comparación con los pacientes que no tomaron estos antidepresivos. Durante toda la estancia hospitalaria la cantidad total de tramadol terminó siendo cuatro veces mayor. No hubo diferencias significativas entre las dos cohortes para otros resultados secundarios como la puntuación media del dolor, la duración de la estancia hospitalaria o la tasa de interrupción del tratamiento con tramadol.
Este estudio demuestra una disminución clínicamente relevante en la eficacia de tramadol cuando se usa para el control del dolor en pacientes que reciben un fuerte inhibidor de CYP2D6. Afortunadamente, apuntan los autores este problema tiene una solución relativamente fácil ya que se encuentran disponibles otros grupos de antidepresivos igualmente eficaces que no inhiben esta enzima en particular, como sertralina, citalopram y escitalopram. También existen otras opciones para el control del dolor, medicamentos no opioides como los AINE. Si se necesitara el uso de opioides, la morfina programada o una oxicodona programada permitirían también evitar esta interacción.
En conclusión, estos resultados deben servir para alentar a los médicos a revisar las listas de medicamentos con potencialidad para esta interacción y ajustar los regímenes en consecuencia para garantizar un control adecuado del dolor y de los trastornos del estado de ánimo.
https://accpjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1002/phar.2269 

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