El dolor es un tema del que últimamente se está hablando en muchos foros, quizás por las noticias tan alarmantes que nos están llegando desde el otro lado del charco relacionadas con el incremento de las muertes por sobredosis. ¿Cómo se ha llegado a esta “epidemia” como ya la denominan en Estados Unidos y Canadá? Pues no hay una causa única, han sido varios los factores que se aliaron hasta llegar a esta situación.
El punto de inflexión fue en la década de los 90, con la inclusión del dolor como el “quinto signo vital”
por la Sociedad Americana del Dolor y la constatación de que las
estrategias que se venían utilizando hasta entonces no eran suficientes
para llegar al objetivo de “vivir sin dolor”. Esto hizo
que se comenzaran a utilizar estrategias más agresivas, fármacos más
potentes y dosis extrapolando el modelo de analgesia para el dolor agudo
o para el dolor oncológico al dolor crónico no oncológico (DCNO). Todo
esto, independientemente de si había evidencia que apoyara la
utilización de opioides en DCNO y sin tener en cuenta que la duración de
tratamiento en estas pacientes iba a ser mayor. Ya estaba el campo
abonado para la salida al mercado en 1995 de la oxicodona
para el tratamiento del dolor crónico no oncológico. Para lanzar este
fármaco se puso en marcha una potente campaña de marketing que resaltaba
su seguridad y minimizaba su potencial adictivo Todos estos factores
los detonantes de un uso indiscriminado y sin una supervisión adecuada
en EEUU.
El resultado ha sido un grave problema de
salud pública debido a los casos de abuso, adicción, derivación hacia
un uso de heroína y fentanilo que se sintetiza en laboratorios ilegales y
muertes por sobredosis.
Y en España y Europa…..¿qué está
ocurriendo?. Los datos nos indican que hasta los años 90 nuestro país
tenía un consumo de opioides muy bajo, y es a partir de esa década
cuando el consumo se ha disparado,
principalmente desde la aparición del fentanilo transdérmico. Según los
datos internacionales registrados por el grupo de investigación The
Pain & Policy Studies Group de la Universidad de Wisconsin, España ha pasado de ocupar la 15ª posición en el consumo de fentanilo en el año 2000, a ocupar la 6ª posición del mundo. Tramadol, tapentadol y oxicodona con naloxona también están experimentando un crecimiento importante.
En Europa se tiene la precepción de que
nuestra situación está lejos de ser la de los EEUU pero también se ha
constatado un cambio en el patrón de uso de analgésicos y ya en el informe europeo sobre drogas de 2017 se habla de una “preocupación al alza”, con un aumento de la mortalidad relacionada con los opioides.
En definitiva, muchos autores opinan que
esta situación podría ser consecuencia de diversos factores como cambios
en la sociedad (que demanda soluciones inmediatas y tiene una
tolerancia a la frustración menor), dificultades en la accesibilidad a
otras intervenciones terapéuticas, banalización de los potenciales
inconvenientes de los analgésicos opioides y amplia difusión de la
creencia de que cualquier tipo de dolor puede y debe ser tratado con
opioides.
¿Hemos perdido el respeto a los opioides? Continuará.
¿Hemos perdido el respeto a los opioides? Continuará.
Marta Alcaraz Borrajo. Farmacéutica de AP
Silvia Herrero Hernández. Farmacéutica de AP
Mª Aranzazu Murciano Antón. Médico de familia
Silvia Herrero Hernández. Farmacéutica de AP
Mª Aranzazu Murciano Antón. Médico de familia
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