martes, 12 de enero de 2016

Medicina Clínica. Guía para la prevención y control de la tuberculosis en el personal sanitario.

La tuberculosis continúa siendo una de las enfermedades transmisibles causantes de mayor morbimortalidad en el mundo. España con una tasa de incidencia de 13,04 por 100.000 habitantes ocupa el tercer lugar entre los países europeos más afectados. Estos datos muestran una tendencia a su disminución, pudiendo pasar desapercibida y hacer que no se realicen las medidas de prevención adecuadas ante un enfermo sospechoso. El personal sanitario que trabaja en un centro donde se atiende a pacientes con tuberculosis presenta riesgo de transmisión, siendo este riesgo superior en determinadas áreas o unidades de trabajo. Desde los Servicios de Prevención de Riesgos Laborales, encargados de vigilar la salud de los trabajadores sanitarios, se elaboran diferentes estrategias de abordaje con el objetivo de evitar la infección en estos trabajadores y detectar la infección tuberculosa reciente. Las guías nacionales existentes hasta la actualidad incluyen la prueba de la tuberculina como prueba de cribado de la infección tuberculosa, con referencia a las nuevas pruebas diagnósticas basadas en la detección in vitro de interferón-gamma (IGRA) para determinados casos. El objetivo de la presente guía ha sido consensuar y establecer unos criterios comunes para incluir las pruebas IGRA, como una ayuda complementaria a la prueba de la tuberculina en el personal sanitario, a partir de la evidencia disponible en la actualidad. Las recomendaciones de su utilización se han adaptado a las diferentes situaciones en que se pueden encontrar los profesionales que participan en la vigilancia de la salud de los trabajadores sanitarios.

Actuación en el cribado de la infección tuberculosa en el personal sanitario

La PT y/o IGRA, como cribado basal, se recomiendan a todas las personas que se incorporen a trabajar al sistema sanitario, independientemente del riesgo que comporte su puesto de trabajo. En general, ni la PT ni los IGRA se han de utilizar para investigar de forma periódica a personas con bajo riesgo de contraer infección tuberculosa o de enfermar, por lo tanto es importante clasificar al personal sanitario según el riesgo laboral de infectarse y su riesgo personal de enfermar si se infecta.

El personal sanitario se considera que presenta una PT positiva si la induración es igual o superior a 5 mm. Se ha de tener en cuenta que la vacuna BCG no impide la infección tuberculosa y, por lo tanto, las PT con valores de 5-14 mm pueden deberse tanto a infección tuberculosa, a vacunación con BCG, como a micobacterias no tuberculosas. Cuanto más tiempo ha transcurrido desde la vacunación (15 años o más) y más grande es el diámetro de la induración de la PT, la probabilidad de que la reacción sea debida a infección tuberculosa es mayor. En estudios de contactos y trabajadores de alto riesgo de infección (infectados por VIH, tratamiento inmunosupresor o clínica sugestiva de TB), el antecedente de vacunación no ha de tenerse en cuenta y se considerará una PT positiva si es igual o superior a 5 mm.

En el anexo ii se muestran los criterios de interpretación de T-SPOT.TB y de QuantiFERON®-Gold-In tube. Si los IGRA son «indeterminados», hay que repetirlas para confirmar el resultado, y evaluar la posibilidad de un posible error de la técnica o de una inmunodepresión.

Los IGRA han demostrado una buena correlación con los factores de riesgo de exposición a la TB en los lugares de baja incidencia de la enfermedad. Pero su utilización en el cribado seriado del personal sanitario muestra una gran variación intraindividual, con altas tasas de conversiones y reversiones. Esto es debido a que todavía no están muy bien definidos los umbrales óptimos de interpretación para la conversión y la reversión de la prueba. Para evitar falsas conversiones y reversiones en el estudio seriado, se ha definido un área de incertidumbre donde el resultado se tiene que considerar límite (anexo ii) y que requiere repetir la prueba para confirmar el resultado.

La utilización de los IGRA en lugar de la PT para el cribado único produce una menor prevalencia de pruebas positivas y, por lo tanto, del número de trabajadores sanitarios que recibirían un tratamiento innecesario de la infección TB. Además presenta ventajas importantes respecto a la PT, como es evitar el efecto booster y también ventajas logísticas al tratarse de una prueba in vitro: confidencialidad, no es necesario una segunda visita de lectura, y su interpretación es más objetiva que la PT. En consecuencia, en el caso del personal sanitario que tiene una PT negativa, en principio, se puede aceptar que el cribado seriado se siga haciendo con la PT. Si se detecta una conversión tuberculínica, es recomendable hacer el estudio con IGRA. Para decidir la actuación terapéutica hay que evaluar factores importantes, como son: contacto con caso de TB, factores de riesgo personales, vacunación con BCG, antecedente de PT previa y fecha, intensidad de la induración y otros datos de diagnóstico clínico.

El seguimiento periódico, una vez el personal sanitario ya tiene una PT positiva pero IGRA negativo, se ha de hacer mediante IGRA.

En aquellos centros donde no se disponga de IGRA, la vigilancia se continuará haciendo igualmente con la PT

No hay comentarios:

Publicar un comentario