Liraglutida para el tratamiento de la obesidad
Uno de los datos que llaman la atención es que más del 25% de los pacientes abandonaron el estudio en ambos grupos; la causa más frecuente fue la retirada del consentimiento, seguida de los efectos adversos del fármaco. De los pacientes que completaron el estudio, destaca que eran bastante jóvenes (45,1±12 años), con un BMI de 38,3±6,4. La mayoría eran mujeres (78,5%) y también con diagnóstico de prediabetes (61,2%). A las 56 semanas se observó una mayor pérdida de peso en el grupo de liraglutida (8,4 vs 2,8 kg) estadísticamente significativa. En el grupo de liraglutida un 63% de los pacientes consiguieron reducir su peso corporal más de un 5% y un 27% consiguieron una reducción del 10%; estas cifras fueron inferiores en el grupo placebo con un 27% y un 10% respectivamente. En otras variables secundarias cardiometabólicas como las cifras de hemoglobina glicada, glucemias, niveles de lípidos y cifras de tensión sistólica y diastólica se observaron diferencias a favor de liraglutida, en el rango de la significación estadística, pero no parece que tengan relevancia clínica.
Los efectos secundarios fueron más frecuentes en el grupo de liraglutida como era de esperar (6,2%) principalmente digestivos, naúseas y vómitos en las primeras semanas de tratamiento durante la titulación del fármaco. Otro de los efectos secundarios frecuentes fue la colelitiasis y sus diferentes complicaciones. Los autores también analizaron la incidencia de neoplasia de tiroides o elevación de procalcitonina, sin encontrar diferencias en los grupos; sin embargo, se observó una mayor frecuencia de neoplasias de mama (0,2 vs 0,1%) en el grupo de liraglutida; los autores comentan que este dato puede deberse a la mayor facilidad para detectarlas al adelgazar…
A las 56 semanas, los pacientes del grupo de liraglutida que no tenían prediabetes, fueron randomizados en una proporción 1:1 a continuar 12 semanas más con el fármaco o placebo, a fin de comprobar los efectos tras el cese del tratamiento. En 12 semanas, los pacientes que pasaron a placebo habían ganado 2,9 kg de peso…
Novo patrocina este estudio, analizando una de las posibles indicaciones de esta fármaco, que actualmente en nuestro país está aprobado para su uso en pacientes con diabetes tipo 2, mal controlada con antidiabéticos orales y con BMI superior a 30, con dosis máxima de 1,8 mg/día. Los estudios previos han mostrado que en estos pacientes, además de mejorar el control glucémico se conseguía una pérdida de peso relacionada con el retraso del vaciado gástrico que favorecía una sensación de saciedad.
La cuestión planteada es ¿y en pacientes sin diabetes conseguiremos reducción de peso? Los datos confirman algo que se intuía que podíamos generalizar a pacientes no diabéticos. Sin embargo, ¿creéis que va a ser liraglutida el nuevo tratamiento para la obesidad? Este trabajo no contesta a esta pregunta, y presenta algunas limitaciones reseñables. En primer lugar, el elevado abandono en ambos grupos, aunque no parece que interfiera en la valoración de los resultados. En segundo lugar, parece que nos encontramos con un efecto rebote en cuanto a ganancia de peso con la suspensión del fármaco, que en este estudio se intuye (ganan casi 3 kg en 12 semanas). Si a esto sumamos los efectos adversos, y las dudas que no acaba de despejar sobre seguridad a largo plazo, y eso teniendo en cuenta que estamos hablando de un tratamiento a más de 1 año vista, parece que se plantean más cuestiones de las que se responden. Y como guinda, la selección de pacientes hace que no podamos extrapolar este estudio a toda la población obesa, ya que la edad media es muy baja y en pacientes mayores y con mayor comorbilidad, posiblemente el abandono del tratamiento a estas dosis por efectos adversos se incremente.
Referencia del artículo: Pi-Sunyer X, et al. A randomized, controlled trial of 3.0 mg of liraglutide in weight management. N Eng J Med 2015;373: 11-22.
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