https://www.cfp.ca/content/69/11/777?rss=1
El trastorno depresivo mayor es muy prevalente. Aproximadamente a 1 de cada 20 canadienses se le diagnostica esta enfermedad cada año, y es la segunda causa más importante de discapacidad en todo el mundo.1 La falta de respuesta al tratamiento es común, con tasas de respuesta entre el 30% y el 60% después de la terapia antidepresiva inicial.2-7 Sólo alrededor de 50 El % de las personas remite después de 2 tratamientos secuenciales, y alrededor del 30 % experimenta síntomas residuales crónicos.2-7 El término depresión resistente al tratamiento se utiliza a menudo para referirse a una respuesta insuficiente a pesar de una prueba adecuada de al menos 2 antidepresivos, aunque no existe consenso universal sobre esta definición.3,5,7,8 Sin embargo, existe un amplio acuerdo sobre la importancia de la optimización temprana del tratamiento, ya que con cada fracaso del tratamiento disminuyen las posibilidades de éxito, aumenta la probabilidad de recurrencia y aumenta la carga de la enfermedad. se intensifica.2,4,9,10 Basado en la evidencia y las pautas disponibles,8,11-17, este artículo analiza un enfoque para manejar la depresión difícil de tratar (DTD) y aplica recomendaciones prácticas al caso de un paciente. Para reflejar los cambios recientes en la terminología en este campo, en este artículo se utilizará el término depresión difícil de tratar en lugar de depresión resistente al tratamiento y se referirá a la falta de respuesta o solo a la respuesta parcial (es decir, menos del 50% de reducción en los síntomas). gravedad) a al menos 1 ensayo antidepresivo adecuado.
Conclusión
La depresión puede ser difícil de tratar adecuadamente y existe evidencia limitada para guiar la terapia farmacológica. Después de una reevaluación exhaustiva y de garantizar que se aborden los factores contribuyentes, los enfoques de tratamiento y la selección de medicamentos deben individualizarse en función de la evidencia disponible, los factores clínicos y las preferencias del paciente. Ofrecer estrategias no farmacológicas que mejor se adapten a cada paciente y fomentar la psicoterapia. Al considerar la medicación complementaria, se recomienda a los médicos que interpreten la literatura con cautela, prescriban antipsicóticos de forma selectiva y suspendan los medicamentos que no proporcionen beneficios o cuando el daño supere el beneficio. Es esencial realizar un seguimiento regular de los síntomas, los efectos adversos, el riesgo de suicidio y el nivel de funcionamiento del paciente.
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