El tromboembolismo venoso (TEV) es una causa importante tanto de morbilidad como de mortalidad en pacientes con cáncer. El tromboembolismo venoso, que incluye tanto la trombosis venosa profunda como el embolismo pulmonar, afecta a una parte considerable de los pacientes con cáncer y puede tener complicaciones potencialmente mortales. La evaluación precisa del riesgo, así como el diagnóstico y tratamiento de este proceso, es fundamental para prevenir la muerte en esta población de alto riesgo. Se han desarrollado varios modelos de riesgo predictivos de tromboembolismo venoso en pacientes con cáncer, y el conocimiento de estas rúbricas es fundamental para el oncólogo tratante. Los subgrupos de particular interés son los pacientes hospitalizados que reciben quimioterapia, los pacientes posoperatorios después de la citorreducción quirúrgica y los pacientes que reciben radioterapia. Numerosos medicamentos más nuevos están disponibles para la prevención del tromboembolismo venoso en pacientes con cáncer que tienen un alto riesgo de desarrollar la enfermedad. Estos incluyen la clase de medicamentos llamados anticoagulantes orales directos (DOAC) que no requieren el mismo control que antes requerían otras modalidades y se toman por vía oral, evitando las molestias asociadas con las estrategias subcutáneas. La estratificación de riesgo adecuada y la intervención para prevenir el tromboembolismo venoso son vitales para el tratamiento de pacientes con cáncer.
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