https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMc2104974
Antecedentes: las vacunas mRNA han demostrado gran eficacia en la prevención de la infección por el SARS-CoV-2 (el 95% con la vacuna BNT162b2 de Pfizer–BioNTech). Sin embargo, la aparición de nuevas variantes del virus (B.1.1.7 y B.1.351) ha mostrado cierta resistencia a la acción de las vacunas. Objetivo: analizar la eficacia de la vacuna BNT162b2 frente a las nuevas variantes (B.1.1.7 y B.1.351) cuando son administradas en vida real. Material y método: análisis realizado en Qatar en un momento en el que 385.853 personas habían recibido una dosis de la vacuna y 265.410 habían completado la vacunación (2 dosis) de la vacuna BNT162b2. Durante el periodo analizado, las infecciones por el SARS-CoV-2 eran debidas a las variantes B.1.351 en el 50% de los casos y por la B.1.1.7 en el 44,5% de los casos.
Resultados: · 6689 personas que habían recibido la primera dosis de la vacuna se infectaron por el SARSCoV-2, mientras que 1616 de los infectados habían recibido las dos dosis de la vacuna.
· 7 sujetos fallecieron a pesar de estar vacunados (5 con la primera dosis y 2 con las dos dosis administradas).
· La eficacia mostrada por la vacuna BNT162b2 frente a la variante B.1.351 fue unos 20 puntos menor que la previamente mostrada en los ensayos clínicos o en condiciones reales en Israel y en los EE.UU. · Aún así, otras vacunas han mostrado tener menor eficacia frente a la variante B.1.351.
· La posibilidad de adquirir la infección, a pesar de estar vacunados, apoya la recomendación de persistir en el mantenimiento de las medidas de protección (mascarilla, distancia social, lavado de manos, evitar aglomeraciones) mientras sigamos en pandemia.
· La variante del virus predominante en un área geográfica debiera ser considerada en la elección del tipo de vacuna administrada
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