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Los años previos a la instauración de la menopausia es un momento de aumento del riesgo de enfermedad cardíaca para las mujeres. Monitorear la salud y el estilo de vida, al tiempo que se integran estrategias de intervención temprana para una buena salud cardiovascular, es importante, especialmente durante la mediana edad y durante la menopausia, para ayudar a prevenir las enfermedades cardíacas.
La transición a la menopausia, estos es los años previos a la instauración inequívoca de la menopausia, es un momento de aumento del riesgo de enfermedad cardíaca para las mujeres. Según una nueva Declaración Científica de la Asociación Estadounidense del Corazón, monitorear la salud y el estilo de vida de las mujeres, al tiempo que se integran estrategias de intervención temprana para una buena salud cardiovascular, es importante, especialmente durante la mediana edad y durante la menopausia, para ayudar a prevenir las enfermedades cardíacas. Esta Declaración Científica proporciona una síntesis actualizada de los datos existentes sobre el TM y cómo se relaciona con las ECV.
Durante los últimos 20 años, el conocimiento de cómo la transición a la menopausia podría contribuir a la enfermedad cardiovascular ha evolucionado drásticamente y se han acumulado datos que apuntan constantemente a la transición de la menopausia como un momento de cambio en la salud cardiovascular.
Para muchas mujeres, la transición de la menopausia (el cambio de la fase reproductiva a la no reproductiva de la vida marcada por cambios en la menstruación) comienza cuando tienen entre 40 y 50 años. Antes de esta transición, las mujeres producen estrógeno, la hormona sexual femenina, que también puede tener efectos cardioprotectores. Cuando las mujeres atraviesan la transición natural de la menopausia, sus ovarios dejan de producir tanto estrógeno. Esto también puede ocurrir a través de la menopausia quirúrgica (una histerectomía parcial o total, que incluye la extirpación de uno o ambos ovarios). Durante la transición a la menopausia se producen cambios importantes en la salud cardiometabólica y vascular de la mujer, que conducen a un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
Dado que el aumento del riesgo de enfermedad cardíaca durante la menopausia está asociado con una disminución en la producción de la hormona estrógeno, los profesionales de la salud y los científicos han estudiado si la terapia hormonal podría ayudar a reducir el riesgo cardiovascular. Hay investigaciones que indican los posibles beneficios cardiovasculares de ciertas combinaciones de terapia hormonal cuando se inician en la menopausia temprana pero no tardía. Además, algunos estudios muestran que los beneficios de la terapia hormonal, incluido un menor riesgo de diabetes tipo 2 y la protección contra la pérdida ósea, parecen superar los riesgos para la mayoría de las mujeres en la menopausia temprana. Por el momento, se necesita más investigación para evaluar el papel de todas las posibles terapias hormonales y el tiempo necesario para que estas intervenciones impacten en la salud cardio-metabólica. Aun así, las recomendaciones actuales de las principales sociedades médicas profesionales respaldan el uso de la terapia hormonal para las mujeres que han comenzado recientemente la transición a la menopausia, con las indicaciones adecuadas.
Además de resumir la investigación centrada en el uso de la terapia hormonal, la Declaración Científica proporciona una descripción general de los riesgos relacionados con las etapas de la menopausia, la edad de la menopausia y los factores del estilo de vida que afectan el riesgo de las mujeres durante este tiempo. Los puntos clave de la declaración incluyen lo siguiente:
Algunos de los síntomas comunes que se sienten con la menopausia tienen una correlación con la enfermedad cardiovascular. Los sofocos y los sudores nocturnos se asocian con peores niveles de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. La depresión y los trastornos del sueño, relacionados en algunos estudios con un mayor riesgo de enfermedad cardíaca, también son comunes entre las mujeres durante este tiempo.
Los cambios fisiológicos durante la menopausia, como el aumento de grasa abdominal y visceral (grasa corporal alrededor de los órganos), están asociados con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares por todas las causas y mortalidad por cáncer, incluso entre aquellas con niveles normales de índice de masa corporal.
Los niveles de colesterol, el riesgo de síndrome metabólico y la vulnerabilidad vascular parecen aumentar con la menopausia más allá de los efectos del envejecimiento normal. El síndrome metabólico se diagnostica cuando una persona tiene tres o más de las siguientes mediciones: obesidad abdominal, triglicéridos altos, colesterol HDL bajo (el colesterol bueno), presión arterial alta y / o niveles altos de glucosa en sangre (azúcar en sangre).
Los nuevos datos muestran una inversión en las asociaciones del colesterol HDL (el colesterol bueno) con el riesgo de enfermedad cardíaca durante la transición a la menopausia, lo que sugiere que los niveles más altos de colesterol bueno pueden no reflejar consistentemente una buena salud cardíaca en todas las etapas de la vida de las mujeres.
Los datos sobre el uso de medicamentos para reducir el colesterol siguen siendo limitados para las mujeres que atraviesan la transición a la menopausia y requieren más estudios para poder desarrollar recomendaciones basadas en la evidencia.
Las mujeres que experimentan la menopausia a una edad más temprana tienen un mayor riesgo de enfermedad cardíaca. La edad de una mujer en la menopausia puede verse influida por factores como la duración del ciclo menstrual, un perfil de riesgo cardiovascular deficiente durante los años reproductivos y factores socioeconómicos. La raza y el origen étnico también influyen, y muchas mujeres hispanas y negras experimentan la menopausia a edades más tempranas.
La actividad física y la nutrición pueden influir en el momento de la menopausia para todas las mujeres. Las mujeres que beben cantidades pequeñas o moderadas de alcohol pueden tener un inicio más tardío de la menopausia, y es probable que las que fuman cigarrillos comiencen la menopausia aproximadamente un año antes que las no fumadoras.
Sin embargo, hay información limitada sobre lo que es ideal en términos de cambios en el estilo de vida para las mujeres durante la menopausia. Actualmente, los datos de que se dispone indican que solo el 7,2% de las mujeres en la menopausia cumplen con las pautas de actividad física, y menos del 20% de esas mujeres mantienen constantemente una dieta saludable.
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