Ahora que nuestros políticos y gestores de altos vuelos miran, ora el calendario, ora el reloj, en esta angustiosa cuenta atrás para la histórica campaña de la vacunación contra el/la COVID-19 (que de las dos formas puede expresarse, RAE dixit) en la que nadie quiere ser el segundo en comenzar, una ventaja de no ser los primeros en vacunar es poder ver cómo se organizan los demás, qué información generan, qué fallos (evitables) cometen, qué aciertos.
Y por delante van los británicos, de cuya estrategia de promoción del uso racional de los medicamentos van goteando los documentos con aspectos prácticos sobre la vacuna que próximamente llegará a tus manos, o a tu deltoides: la de Pfizer/Biontech, cuya ficha técnica puedes leer aquí (versión useña) porque la europea, en el momento de escribir estas líneas, no se ha publicado, que sepamos.
Las dudas que puede plantear un medicamento al salir al mercado son innumerables y la primera vacuna contra la pandemia no iba a ser una excepción. Las enfermeras de nuestro entorno nos preguntan si se puede poner en niños, qué pasará con los pacientes oncológicos, los transplantados, los sintronizados o más en general, anticoagulados y así hasta el infinito. No tenemos respuesta para todo y mucho nos tememos que para muchas cuestiones aún no la hay, lo que es un motivo más para actuar con la máxima diligencia y prudencia -lejos de la prisa de los telediarios- contando con todo el que pueda aportar conocimiento y experiencia sobre las vacunas y su siempre revirada logística.
Bicheando en las profundidades del NHS hemos encontrado material de gran interés práctico que hoy queremos compartir contigo para calmar momentáneamente tu sed de información antes de que la infodemia -ese maravilloso palabro y la ciencia que lo ampara, al que la OMS dedicó una conferencia– haga de las suyas y los datos sobre la nueva vacuna socarren tus neuronas. Vamos a ello Continua leyendo.....
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