Venciendo dificultades para la implantación de la VGI en Atención Primaria, herramienta VALINTAN.
La situación funcional es el mejor indicador del estado de salud global de la persona mayor. Identificar los primeros grados o factores relacionados con su deterioro, es la mejor forma de prevenir el declive funcional y fomentar un envejecimiento activo y esperanza de vida libre de discapacidad. Por ello, las estrategias dirigidas a establecer un diagnóstico y manejo adecuados de la fragilidad son prioritarias en los sistemas sanitarios. El SNS lo establece en la Estrategia de detección y manejo de fragilidad y caídas del SNS, que sitúa la atención primaria (AP) como el medio asistencial prioritario.
El cribado o diagnóstico inicial de la fragilidad se establece mediante instrumentos y pruebas sencillas, y aunque la Valoración Geriátrica Integral (VGI) no se recomienda en este diagnóstico inicial, sí que se promulga como la mejor forma de corroborar esta situación y para establecer intervenciones adecuadas y más individualizadas. Así se indica en la acción común europea ADVANTAGE y en las recomendaciones PAPPS 2018. También se recomienda la VGI en otras situaciones como síndromes geriátricos (deterioro cognitivo, caídas, etc.), polifarmacia o adecuación de la medicación, cambios en la funcionalidad, pluripatología/complejidad, o con carácter preventivo o general incluida en muchas Carteras de Servicios de las CCAA.
La herramienta VALINTAN, de valoración tipo VGI, cuyo eje es la funcionalidad, se centra en diagnósticos predefinidos asociados con intervenciones efectivas documentalmente expuestas o con la fragilidad o pérdida funcional. Actualmente la herramienta está ya operativa y de acceso libre, siguiendo con su análisis y validación. Viene a salvar inconvenientes que hasta ahora limitan la implantación y extensión de la VGI en AP:
- Tiempo en cumplimentarla (30 minutos, en profesionales que la utilizaban por primera vez, frente a casi 1 hora de una VGI estándar).
- Usabilidad y facilitación mediante una informatización intuitiva y dirigida (sin requerir apenas instrucción de los profesionales).
- Facilita finalmente intervenciones adecuadas como motriz fundamental,
- Desarrollada siguiendo una dinámica de validación centrada en las necesidades de profesionales y pacientes mayores de la AP.
- Alineada con las principales estrategias para vencer la disociación del binomio recomendación/utilización de la VGI: adecuación a profesionales de la AP, selección de condiciones o síndromes geriátricos y tipologías de pacientes con mayor efectividad, herramientas breves y apoyadas por TIC.
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