jueves, 21 de mayo de 2020

BMJ. Progresión a diabetes tipo 2 en mujeres con antecedentes conocidos de diabetes gestacional: revisión sistemática y metaanálisis.

El diagnóstico previo de diabetes mellitus gestacional (DMG), definida como una intolerancia a la glucosa con inicio o primer diagnóstico durante el segundo o tercer trimestre del embarazo, sin antecedentes de diabetes mellitus tipo 1 o tipo 2 (DM2), es un factor de riesgo establecido para desarrollar DMT2 en la edad adulta. A pesar de la magnitud del riesgo, la asistencia para el cribado postparto de la progressión de esta situación es subóptima, según lo informado por estudios de países europeos, Estados Unidos y Canadá.
Las revisiones sistemáticas hasta la fecha han resaltado el mayor riesgo de desarrollar DMT2 después de la DMG con incidencias que pueden alcanzar hasta el 60-70%.
Un nueva revisión y metaanálisis se ha realizado con el objetivo de estimar y comparar las tasas de progresión a la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) en mujeres con diabetes mellitus gestacional (DMG) y controles sanos. Las fuentes de datos consultadas fueron Medline y Embase, y se recopilaron datos entre enero de 2000 y diciembre de 2019 de estudios publicados en inglés y realizados en humanos.
Los Criterios de elegibilidad incluyeron estudios observacionales que investigaran la progresión a DM2 con un seguimiento postparto durante al menos 12 meses, con diagnóstico médico de diabetes, informado por separado y no combinado con glucosa alterada en ayunas o tolerancia alterada a la glucosa, además, debian ser estudios con un grupo de pacientes con DMG y un grupo de control.
Resultados.
Se seleccionaron 20 estudios y se evaluaron un total de 1.332.373 individuos (67 956 mujeres con DMG y 1.264.417 controles).
Tras ajustar la heterogeneidad entre los diferentes estudios se observó que el riesgo relativo general de DM2 fue casi 10 veces mayor en mujeres con DMG previa que en controles sanos (9.51, intervalo de confianza del 95%: 7.14 a 12.67, P <0.001). En las poblaciones de mujeres con DMG previa, la incidencia acumulada media de DM2 fue 16.46% en mujeres de etnia mixta, 15.58% en una población predominantemente no blanca, y 9.91% en una población blanca, pero estas diferencias no fueron estadísticamente significativas. Los análisis de metarregresión mostraron que el tamaño del efecto del estudio no se asoció significativamente con la edad media del estudio, el índice de masa corporal, el año de publicación y la duración del seguimiento.
Conclusiones.
Las mujeres con antecedentes de DMG parecen tener un riesgo casi 10 veces mayor de desarrollar DM2 que aquellas con un embarazo normoglucémico. La magnitud de este riesgo resalta la importancia de intervenir para prevenir la aparición de DM2, particularmente en los primeros años después del embarazo.
Aunque el estudio tuvo varias limitaciones, como que sólo se incluyeron estudios publicados en inglés o la falta de conocimiento de antecedentes familiares, presenta una serie de puntos fuertes como el número sustancial de estudios publicados recientemente que evalúan un gran número total de individuos y que incluyen un seguimiento a largo plazo de uno a 25 años.
Las pautas para la detección, el diagnóstico y la atención de seguimiento para las mujeres con DMG han cambiado en varios países durante la última década, mientras que la prevalencia general de DM2 ha aumentado. Esta revisión proporciona resultados actualizados en poblaciones contemporáneas.
Implicaciones para la investigación y la práctica clínica.
El riesgo sustancialmente mayor de progresión posterior a DM2 en mujeres diagnosticadas con DMG identificado en esta revisión sistemática tal vez no sea sorprendente, teniendo en cuenta la pobre captación de detección postparto en esta población y la falta de atención postparto preventiva estructurada. Estos resultados podrían aumentar la conciencia en los pacientes sobre la necesidad para asistir a la evaluación postparto, y en profesionales de la salud de la necesidad de utilizar estrategias centradas en el paciente para mejorar la captación de detección. La investigación futura podría investigar más a fondo el momento de aparición de DM2 en estas poblaciones, utilizando datos de pacientes individuales para proporcionar una estimación más precisa del tiempo.
Los beneficios para la salud a largo plazo asociados con la adopción del estilo de vida y las intervenciones farmacológicas destinadas a prevenir la aparición de DMT2 en mujeres con DMG han sido bien reconocidos. Sin embargo, se necesitan ensayos controlados aleatorios más grandes y actualizados para investigar la efectividad de esas intervenciones en poblaciones étnicamente diversas, y con un seguimiento más prolongado, para apoyar la generalización y la validez externa de estos resultados. Finalmente, se debe considerar la rentabilidad de estas intervenciones para promover su adopción por diferentes sistemas de salud en todo el mundo.

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