Se recomienda la administración de fármacos biológicos para el tratamiento de la AR de forma concomitante con los FAME (fármacos modificadores de la enfermedad) clásicos, en caso de intolerancia o contraindicación se prefiere el empleo de inhibidores de la IL-6 como tocilizumab. No se combinan estos fármacos entre si porque no aumenta la eficacia e incrementan el riesgo de efectos adversos. La elección del fármaco es individualizada, según comorbilidades, edad, expectativas, estilo de vida del paciente, riesgo de efectos adversos, tratamientos previos y grado de actividad de la enfermedad.
Seguridad:
Los fármacos biológicos presentan un buen perfil de seguridad. Generalmente la suspensión del tratamiento es superior en el caso de las terapias clásicas que en el caso de las terapias biológicas. Tampoco presentan toxicidad acumulada que limite su uso continuado y a largo plazo.
Efectos secundarios:
Los efectos adversos más frecuentes son las reacciones en el lugar de inyección (eritema leve, dolor, picor o inflamación) en los administrados de manera subcutánea y reacciones relacionadas con la administración intravenosa.
También hay que tener en cuenta el mayor riesgo de infecciones, especialmente durante los primeros 6 meses del tratamiento y que no se incrementa con el tiempo de exposición. Son más habituales en mayores de 65 años y las más frecuentes son las infecciones leves del tracto respiratorio superior, urinarias y cutáneas. En caso de infecciones graves, se recomienda suspender el tratamiento hasta la resolución de la infección.
Otros efectos secundarios habituales son cefalea y elevación temporal de enzimas hepáticas.
Interacciones:
Los agentes biológicos no presentan interacciones con otros principios activos, exceptuando la combinación con otros fármacos inmunosupresores. No está recomendado su uso en combinación con otros fármacos biológicos ni con otras moléculas para la artritis como tofacitinib o baricitinib.
No se recomienda la administración simultánea de vacunas vivas atenuadas y fármacos biológicos. Sí se pueden administrar las vacunas frente a la gripe y el neumococo.
Contraindicaciones:
Pacientes con infección activa. Los anti-TNFα están contraindicados en pacientes con antecedentes de enfermedad linfoproliferativa, insuficiencia cardiaca moderada o grave y enfermedad desmielinizante.
Consejos para la vida diaria:
En el caso de los fármacos subcutáneos, se recomienda no romper la cadena de frío y guardarlos en la nevera entre 2 y 8 ºC. Se recomienda sacar el medicamento de la nevera media hora antes de su administración para que se atempere, y rotar los lugares de inyección.
Si aparecen reacciones locales de carácter leve se pueden aplicar geles o recomendar analgésicos y antihistamínicos.
Aspectos a tener en cuenta:
Son medicamentos de dispensación hospitalaria ambulatoria y su prescripción ha de ser realizada por un facultativo especialista implicado en el tratamiento de la enfermedad. Se ha de derivar al facultativo en caso de infecciones localizadas o sistémicas relevantes.
En caso de cirugía mayor programada, se ha de interrumpir el tratamiento antes de la cirugía y hasta que disminuya el riesgo de aparición de infecciones postoperatorias. Generalmente se puede reintroducir en 10-14 días si no hay contraindicaciones ni complicaciones. Para intervenciones menores como dentales o cataratas no se necesita suspender el tratamiento.
También se ha de derivar si aparecen signos y síntomas de insuficiencia cardiaca.
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