Mediante una encuesta telefónica, se trató de determinar la prevalencia de soledad y aislamiento social en una muestra de población aleatoria mayor de 65 años cubierta por un equipo de atención primaria urbano e identificar sus principales características. La entrevista incluyó la encuesta de soledad de UCLA y la escala de red social de Lubben.
Se entrevistó a 278 personas (respuesta 61,36%), 172 mujeres y 106 hombres, con una edad media de 76,7±7,9 años. Hubo una mayor proporción de factores de riesgo de soledad en los que no respondieron. La soledad se correlacionó estrechamente con el aislamiento social (r=0,736). La soledad moderada, con una prevalencia del 16,54%, se asoció a presentar dificultades de la marcha (odds ratio 3,09, IC 95% 1,03-9,29), deterioro cognitivo (OR 3,97; IC 95% 1,19-13,27) y barreras arquitectónicas (OR 5,29; IC 95% 2,12-13,23), mientras que la soledad severa, con una prevalencia del 18,71%, solo se asoció a convivir con menos personas (OR 0,61; IC 95% 0,40-0,93). El riesgo de aislamiento social, con una prevalencia del 38,85%, se asoció a la edad (OR 1,06; IC 95% 1,02-1,10) y a problemas de salud (OR 4,35; IC 95% 1,11-16,99).
En definitiva, la soledad y el aislamiento social son muy prevalentes. Existen 2 perfiles de soledad, una moderada relacionada con las dificultades a la sociabilidad que aparecen con el envejecimiento y otra severa que no está asociada a la salud o las barreras. Las intervenciones deberían adecuarse a cada uno de estos perfiles.
Se entrevistó a 278 personas (respuesta 61,36%), 172 mujeres y 106 hombres, con una edad media de 76,7±7,9 años. Hubo una mayor proporción de factores de riesgo de soledad en los que no respondieron. La soledad se correlacionó estrechamente con el aislamiento social (r=0,736). La soledad moderada, con una prevalencia del 16,54%, se asoció a presentar dificultades de la marcha (odds ratio 3,09, IC 95% 1,03-9,29), deterioro cognitivo (OR 3,97; IC 95% 1,19-13,27) y barreras arquitectónicas (OR 5,29; IC 95% 2,12-13,23), mientras que la soledad severa, con una prevalencia del 18,71%, solo se asoció a convivir con menos personas (OR 0,61; IC 95% 0,40-0,93). El riesgo de aislamiento social, con una prevalencia del 38,85%, se asoció a la edad (OR 1,06; IC 95% 1,02-1,10) y a problemas de salud (OR 4,35; IC 95% 1,11-16,99).
En definitiva, la soledad y el aislamiento social son muy prevalentes. Existen 2 perfiles de soledad, una moderada relacionada con las dificultades a la sociabilidad que aparecen con el envejecimiento y otra severa que no está asociada a la salud o las barreras. Las intervenciones deberían adecuarse a cada uno de estos perfiles.
Noticia original: Perfiles de soledad y aislamiento social en población urbana
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