Las grandes compañías farmacéuticas gozan de ventajas legales y financieras para fomentar el desarrollo (I+D) de nuevos medicamentos, como el apoyo de fondos públicos, impuestos especiales ventajosos y el sistema de patentes. El resultado es un implacable monopolio del mercado que, en ausencia de competencia alguna, les permite fijar precios, a menudo desorbitados, a los medicamentos.
Así, el alto precio de los medicamentos amenaza actualmente la sostenibilidad financiera de los sistemas de salud y cada vez un mayor número de pacientes no pueden acceder a los tratamientos.
Los beneficios de las farmacéuticas en ningún caso deberían poner los medicamentos fuera del alcance de millones de personas porque estos son esenciales para la salud y la vida. Las medicinas no sirven de nada si no nos las podemos permitir.
Aumento del precio de insulina, precio exorbitantes del tratamiento para la hepatitis C, desconocimiento total de cuánto cuesta la producción...os suena?
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