martes, 18 de septiembre de 2018

(AEP) Informe del Comité de Medicamentos de la AEP sobre el riesgo de arritmias graves asociadas al uso de azitromicina.

La azitromicina es un antibiótico semisintético que pertenece al grupo de los macrólidos de segunda generación. Su mayor estabilidad, penetración y espectro de acción con respecto a la eritromicina lo convierte en uno de los antimicrobianos más prescritos en la actualidad para el tratamiento de diversas infecciones en niños.
En mayo de 2012, la prestigiosa revista científica The New England Journal of Medicine (NEJM) publicó un artículo firmado por Ray et al2, en el que se constataba un discreto aumento en fallecimientos de etiología cardiovascular, así como de cualquier otra causa, en pacientes tratados con pautas cortas de azitromicina durante 5 días, comparado con el uso de otros antibióticos como amoxicilina o ciprofloxacino, o con individuos que no habían recibido ningún tratamiento. Se trataba de un estudio de cohortes realizado en adultos de 30 a 74 años, sin patología de base ni uso concomitante con otros fármacos proarrítmicos, que habían recibido la medicación entre 1992 y 2006. El riesgo de mortalidad cardiovascular con el uso de azitromicina fue más pronunciado en pacientes con factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, tales como hábito tabáquico, obesidad y/o vida sedentaria. Los autores no sugirieron en el manuscrito ninguna recomendación específica sobre cambios en la dosificación y/o indicaciones terapéuticas de la azitromicina.
En marzo de 2013, la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos, emitió un comunicado3 sobre dicho riesgo cardiovascular, especificando claramente que la azitromicina puede producir cambios en la actividad eléctrica del corazón y dar lugar a ritmos cardiacos anormales (arritmias graves, incluso Torsade de pointes), y que el riesgo es mayor en pacientes con factores de riesgo conocidos como: insuficiencia cardiaca grave, hipopotasemia no compensada y/o hipomagnesemia, bradicardia (< 50 lpm), prolongación de intervalo QT documentado o cuando se administre de forma conjunta con otros medicamentos proarrítmicos o que prolonguen el intervalo QT. En tales casos recomiendan sustituir azitromicina por otro antibiótico que no pertenezca al grupo de los macrólidos ni tampoco de las fluoroquinolonas, pues también presentan elevado riesgo de Torsade de pointes en pacientes con QT largo.
Recientemente, la revista Pharmacy & Therapeutic4 ha descrito la muerte de una niña de 12 años a los cuatro días de tratamiento con azitromicina, prescrita para tratar una otitis bilateral y una sinusitis. Tanto el médico como el farmacéutico desconocían que la niña estaba diagnosticada de un síndrome congénito de QT largo. Por todo ello, el CM-AEP ha decidido realizar el presente informe.
https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/informe_azitromicina.pdf

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