Una de cada cuatro personas que
acuden a un centro de salud tiene un trastorno mental, siendo los
trastornos del ánimo los más frecuentes.
Sin embargo, es muy importante
conocer que estar triste NO implica necesariamente estar enfermo,
existiendo una errónea tendencia a psicopatologizar reacciones de ánimo
normales y transitorias como son la tristeza, el miedo, la
incertidumbre, la inseguridad, la rabia, la angustia, etc., no debiendo
el médico caer en la tentación de convertirse en un agente social
paliativo de reacciones psicológicas normales ante las frustraciones de
los acontecimientos estresantes.
Debemos, por tanto:
¡Evitar la medicalización y la psiquiatrización de los problemas de la vida diaria!
Diferentes situaciones de la vida diaria pueden ser estresantes psicosociales:
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Ciclo vital: pubertad, emancipación, matrimonio, maternidad/paternidad, menopausia, jubilación, duelo, divorcio, enfermedades,…
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Relaciones interpersonales: conflictos con hijos, pareja, vecinos, agresiones,…
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Trabajo: cambio puesto laboral, despido, paro, problemas de relación compañeros/superiores, problemas escolares,…
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Legal: pleitos, juicios, cárcel,...
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Económicos: cambio de estatus, pérdidas económicas,…
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Ambientales: ruidos, contaminantes físicos,…
Estos estresantes pueden originar:
Una reacción psicológica normal.
Un trastorno adaptativo.
Un trastorno depresivo (no requiere estresante necesariamente).
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