La
desprescripción hace referencia a la retirada planificada y
estandarizada de la medicación crónica. Se recomienda especialmente en
pacientes ancianos y en polimedicados. Debe realizarse de forma
individualizada y bajo criterio clínico3.
La
desprescripción adquiere relevancia en la osteoporosis, donde el
tratamiento farmacológico es incorrecto en muchas ocasiones. Existe un
sobretratamiento en mujeres con bajo riesgo, y un infratratamiento en
las de alto riesgo, con las implicaciones socioeconómicas que ello
implica: medicalizar excesivamente en prevención primaria a un sector de
la población sin riesgo, exponiéndolas a los efectos secundarios
potencialmente graves de los fármacos, y por otro lado no tratamos de
forma adecuada, principalmente en prevención secundaria, a los que más
se beneficiarían de este4.
Además,
dicho tratamiento va dirigido principalmente a la población mayor de 70
años o con comorbilidad importante asociada. Es un grupo heterogéneo de
pacientes, en el que a menudo coexisten múltiples enfermedades para las
que se prescribe un elevado número de medicamentos, con el riesgo
consiguiente de reacciones adversas a medicamentos e interacciones
farmacológicas. La polifarmacia se ha asociado con peores resultados de
los esperados por parte de los fármacos3.
Para
ayudar a la desprescripción, disponemos de los criterios STOPP-STAR,
organizados por sistemas fisiológicos. Se pueden aplicar rápidamente,
recogen los errores más comunes de tratamiento y omisión en la
prescripción y son fáciles de relacionar con los diagnósticos activos y
la lista de fármacos que aparecen en las historias clínicas informáticas
de los pacientes3.
Por lo tanto, al indicar un tratamiento para la osteoporosis deberíamos valorar5:
- 1.Expectativas de vida y duración del tratamiento.
- 2.Riesgo de fractura.
- 3.Eficacia de los fármacos.
- 4.Efectos adversos de los mismos.
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