La administración de fármacos por vía intramuscular (IM) es un procedimiento invasivo que, si bien de forma general consideramos seguro, no está exento de riesgos. Aunque su elección debería limitarse a determinadas situaciones, en atención primaria (AP) sigue siendo frecuente el uso de esta vía como primera opción terapéutica (así es el caso de AINE IM en lumbalgias o corticoides en las urticarias).
Esta problemática se hace aún más visible cuando nos encontramos con pacientes anticoagulados, donde el riesgo de desarrollar hematomas se multiplica. Pero el sangrado no es la única preocupación, pues se han descrito complicaciones que van desde dolor e inflamación local o limitación funcional hasta, en casos más severos, un síndrome compartimental. Además, la vía IM puede provocar infecciones locales o hematógenas, así como lesiones en músculos, vasos o nervios. Todos estos efectos adversos pueden ser evitables cuando el uso de esta vía es inadecuado y, por tanto, considerarse errores de medicación que podemos prevenir, garantizando así la seguridad del paciente en nuestras consultas.
Si nos paramos a pensar el por qué esta práctica sigue estando tan extendida en el ámbito de AP, probablemente influya la falsa creencia entre aún algunos profesionales sanitarios pero, sobre todo, entre los pacientes, de que la vía IM es siempre más rápida y efectiva. ¿Quién no ha escuchado alguna vez en su consulta aquello de “a mí píncheme algo que me haga efecto rápido”?
La realidad es que la rapidez de acción de un fármaco no solo depende de su vía de administración, sino de su farmacocinética en general. Hay casos en los que la absorción por vía IM es, incluso, más errática que la vía oral (VO). Esto es lo que ocurre con fármacos como diazepam, cuya absorción por vía IM es más lenta e impredecible que la VO, y puede aumentar el riesgo de necrosis.
Por tanto, es fundamental que los profesionales conozcan en qué casos existe una vía alternativa más eficaz y segura para prevenir los riesgos de la IM, como la VO, subcutánea o intravenosa, e informen al paciente de ello, especialmente si se encuentra anticoagulado. Recientemente, desde el Servicio de Farmacia del SERMAS, se ha elaborado un documento FarmaAP que resume, en un formato muy visual, las alternativas a medicamentos por vía IM y de uso frecuente en AP en pacientes adultos anticoagulados.
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