PUNTOS CLAVE
- El uso de medicamentos durante el embarazo puede inducir alteraciones en el feto/embrión, aunque sólo el 2-3% de las malformaciones congénitas, se asocian a la exposición a agentes terapéuticos.
- Durante el embarazo, siempre que sea posible, es aconsejable tratar los síntomas menores con medidas no farmacológicas, para evitar la posibilidad de teratogénesis.
- Cuando es necesario el tratamiento farmacológico, deben prescribirse los medicamentos con mayor experiencia de uso y mejor perfil de seguridad (en madre y feto), a la menor dosis y durante el periodo más corto posible.
- En el tratamiento inicial de las náuseas y los vómitos se propone la asociación de piridoxina y doxilamina y, en casos más graves, se podrían utilizar antidopaminérgicos (metoclopramida y domperidona).
- En caso de pirosis, se recomiendan los antiácidos y alginatos.
- Para el estreñimiento los laxantes formadores de bolo son de primera elección, ya que no se absorben.
- Los antihemorroidales tópicos, debido a sus bajas dosis y limitada absorción sistémica, se consideran una opción a tener en cuenta.
- La deficiencia de hierro es la causa más frecuente de anemia en las embarazadas, recomendándose la suplementación de hierro con sales ferrosas frente a las férricas.
- El paracetamol es considerado el analgésico de elección durante todo el embarazo. El uso de los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) muestra una relación beneficio/riesgo que depende de la dosis, edad gestacional del feto y duración del tratamiento.
- La limitada evidencia sobre los tratamientos farmacológicos para el insomnio y los calambres no permite establecer recomendaciones sobre su uso.
- En el Sistema Sanitario Público de Andalucía las vacunas indicadas para las embarazadas son la gripe y la tosferina (contenida en la vacuna Difteria-tétanos-tosferina: dTpa)
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