CONCLUSIONES:
La literatura disponible avala el uso de pautas más cortas de duración de determinados tratamientos antibióticos en el paciente ambulatorio. A pesar de ello, existen determinadas situaciones en las que son necesarias pautas más prolongadas.
De manera general acortar la terapia antibiótica presenta ventajas en muchos aspectos, entre ellos, la reducción de aparición de resistencias. Además, la literatura disponible avala que presentan la misma efectividad que pautas más duraderas. Este aspecto debe transmitirse a los pacientes.
La prescripción de antimicrobianos debe realizarse en función de las guías de práctica clínica y recomendaciones generales en cada patología, así como del perfil de resistencias de cada área geográfica, reservando siempre los de mayor espectro antibiótico.
La identificación de factores que condicionan la prescripción de antibioterapia en el paciente se encuentra entre los principales retos de la práctica clínica habitual.
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