martes, 17 de noviembre de 2020

Guia Práctica Clínica de COVID-19 Persistente.

 La Sociedad Catalana de Medicina familiar y comunitaria (CAMFiC) presenta la primera Guía de Práctica Clínica para tratar a pacientes con COVID-19 PERSISTENTE, preparada y revisada por 52 médicos especializados en Medicina Familiar y Comunitaria y que también ha contado con la participación de especialistas en Medicina Interna, Auoinmunes Enfermedades, Matemáticas y Estadística y la asesoramiento del Dr. Antoni Trilla.

Varios estudios indican que alrededor del 10-20% de los pacientes con COVID-19 tienen síntomas de infección más allá de las 4 semanas y una proporción menor durante los meses. El CAMFiC ha sido consciente de que es necesario proporcionar una respuesta médica a estos pacientes, y que es necesario hacerlo desde la atención primaria que es donde estos pacientes son visitados y tratados en su mayoría.

El contexto actual, al ser una nueva patología, significa que no hay recomendaciones o guías de la práctica clínica basadas en la evidencia para el manejo de COVID-19 persistente. Por esta razón, la Guía CAMFiC utiliza un enfoque pragmático basado en los pocos estudios publicados sobre series de pacientes con infección por SARS-Cov-2, editoriales y opiniones de expertos, así como la experiencia clínica de autores y revisores.

 Un enfoque pragmático de la atención al paciente con COVID-19 persistente

Los autores consideran que desde la atención primaria es necesario hablar de dos enfoques diagnósticos para el paciente con COVID-19 persistente: una evaluación integral de la totalidad de la sintomatología, y una evaluación específica de cada uno de los síntomas persistentes.

En la primera visita a la atención primaria de una persona con sospecha de COVID-19 persistente se recomienda aplicar el protocolo de atención integral que pasaría: evaluar los antecedentes (qué síntomas presentaron su infección sars-Cov-2 y qué evolución de COVID-19 tuvo), hacer análisis de sangre (entre otros valores el hemograma, proteína C, ferritina, función hepática y renal, hormonas tiroideas...), y realizar exploraciones complementarias (rayos X del pecho aunque, la principal exploración complementaria que recomiendan en el campo del AP es el ultrasonido torácico, siempre que esté disponible). Se especifica que, dependiendo de los síntomas que cada paciente pueda presentar, serán necesarios otros tipos de exploraciones complementarias.

A continuación, la Guía propone realizar la evaluación específicaorientada al síntoma. Y los principales síntomas por los que establece un protocolo de evaluación del sueño: fatiga persistente, dolor persistente en las articulaciones, dolor muscular persistente, dolor persistente en el pecho, tos persistente, dificultad para respirar persistente, anosmia / disgeusia persistente, dolor de cabeza o síntomas digestivos persistentes. Para cada síntoma se especifica: qué datos recopilar en la historia clínica, cuáles son las exploraciones a hacer y cuál es el proceso de diagnóstico a seguir (también presentado en forma de un algoritmo).

Además de estos síntomas, la Guía Clínica también incluye otras manifestaciones persistentes que se pueden presentar tales como: fiebre, escalofríos, intolerancia a los cambios de temperatura, rinitis, congestión nasal, confusión o niebla mental, trastornos de concentración y /o trastornos del sueño, vértigo, conjuntivitis o incluso pérdida de cabello.

Y más allá de la sintomatología, la Guía expone otros escenarios patológicos posteriores a COVID-19 que, aunque son menos frecuentes, también se observan como: secuelas pulmonares, afectación pleural, enfermedades cardíacas o problemas de salud mental (ansiedad y depresión) relacionados no sólo con el confinamiento y el aislamiento durante la enfermedad, sino también con el entorno de incertidumbre en el que vivimos

La Guía también enumera un conjunto de síntomas que no forman parte de la presentación clínica de la infección aguda por SARS-Cov-2 pero que aparecen en la fase postviral una vez resuelta la infección aguda. Estos son: trombosis, neumonía organizacional, afectaciones dermatológicas como perniosis (lesiones acrílicas eritematosas papiulares o nodulares o colza inducida por el frío), encefalitis, parálisis flácida (síndrome de Guillain-Barré), insuficiencia renal aguda, anemia, tiroiditis o enfermedades autoinmunes, encefalitis, parálisis flácida (síndrome de Guillain-Barré), insuficiencia renal aguda, anemia, tiroiditis o enfermedades autoinmunes

Seguimiento de pacientes con COVID-19 persistente de Primary Care

Definida como esta primera visita y cómo debe ser el proceso de diagnóstico, la Guía también establece un seguimiento estructurado del paciente en función del impacto o gravedad de la enfermedad en la fase aguda y la presencia de secuelas. Así, diferencia entre los casos que han requerido hospitalizaciónen la unidad de cuidados intensivos, los casos que han requerido hospitalización convencional,y los casos que no han requerido hospitalización y que han sido atendidos desde la atención primaria, y que representan el 80% del total de pacientes con COVID-19.

Por último, la Guía de Práctica Clínica presenta una serie de retos futuros en el tratamiento y cuidado de estos pacientes, tales como tratar de estructurar la amplia variedad de síntomas y alteraciones que algunos pacientes con COVID-19 pueden presentar o tener información sobre posibles factores que pueden ayudar a identificar las poblaciones de mayor riesgo. Se trata de un documento vivo y pragmático, que podrá incorporar en actualizaciones posteriores nuevos conocimientos y nuevos actores para mantenerse al día.

Puede acceder a la Guía: http://gestor.camfic.cat/uploads/ITEM_13380_EBLOG_4143.pdf

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