viernes, 27 de diciembre de 2019

(Aten Primaria) Efecto de un programa de ejercicio en pacientes sedentarios. Beneficio metabólico y en calidad de vida.

El ejercicio físico es útil en el tratamiento del dolor crónico, ansiedad y depresión como han demostrado revisiones sistemáticas de EC.
El sedentarismo es un factor de riesgo independiente de enfermedad cardiovascular, y una de las principales causas de mortalidad1. Como consecuencia, las sociedades científicas recomiendan el consejo sobre actividad física desde atención primaria2. El objetivo de este trabajo fue analizar el efecto de un programa de ejercicio físico aplicado a pacientes sedentarios con factores de riesgo cardiovascular a nivel metabólico y su impacto sobre la calidad de vida.
Se diseñó un estudio prospectivo de intervención, tipo pre-post, sin grupo control. Se incluyeron individuos de 35-75 años, sedentarios, con ≥1 factores de riesgo cardiovascular, que acudieron consecutivamente a consulta (centros de salud de Barañáin, Navarra). El nivel de actividad física se evaluó mediante la encuesta IPAQ (cuestionario internacional de actividad física). Los factores de exclusión fueron: enfermedad cardiovascular y enfermedad aguda o crónica con riesgo para la práctica de ejercicio.
La intervención consistió en un plan de entrenamiento individualizado según los resultados de una cicloergoespirometría. Se elaboraron sesiones de ejercicio supervisado con cicloergómetro de 45min, 3 días/semana durante 12 semanas. El plan se estructuró en 2 etapas: inicial con ejercicio aeróbico continuo de intensidad moderada y final con ejercicio mixto, continuo moderado e interválico de alta intensidad.
Las principales variables estudiadas fueron: composición corporal cuantificada mediante bioimpedancia multifrecuencia, parámetros metabólicos determinados en analítica de sangre y calidad de vida evaluada con la encuesta EQ-5D-5L (EuroQol Group).
Se incluyeron 36 pacientes con una edad media de 54,7 años (DE: 9,0), el 60,5% mujeres. El 89,5% con sobrepeso/obesidad, el 86,8% con dislipemia, el 42,1% con hipertensión arterial, el 10,5% con diabetes mellitus tipo 2 y el 28,9% fumadores. Completaron el programa de ejercicio (≥70% de las sesiones) 29 sujetos (80,6%). Ninguno presentó efectos adversos del entrenamiento. Estos resultados mejoran los observados en estudios previos con tasas de abandono del 30-50% en los primeros 3-6 meses, y elevada incidencia de problemas ortopédicos3.
En los 29 pacientes que completaron el programa se observaron cambios favorables en el perfil metabólico (tabla 1). Se objetivó una disminución de peso a expensas de una reducción de masa grasa y área de grasa visceral, sin cambios en masa magra. En ensayos clínicos que incluyeron individuos obesos sometidos a una intervención aislada con ejercicio4, se lograron pérdidas de peso y masa grasa similares, pero con un descenso no deseable de masa magra (2-5%). En la analítica de sangre se objetivó una disminución significativa de glucemia basal, glicohemoglobina y marcadores emergentes de riesgo cardiovascular: índice de resistencia a la insulina y proteína-C reactiva5. No se observaron cambios en el perfil lipídico.
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