lunes, 15 de octubre de 2018

Fármacos Km.0. Reflexionando sobre la prescripción.

https://farmacoskm0.wordpress.com/2018/10/10/reflexionando-sobre-la-prescripcion/

En estos días, leemos en la prensa sanitaria “Médicos madrileños de AP creen que no deben asumir la responsabilidad que exige el Módulo Único de Prescripción” y se nos ocurren algunas reflexiones:
La atención primaria conceptualmente tiene las siguientes características primordiales: accesibilidad (atiende a todos y de forma sencilla), globalidad (lo atiende todo), longitudinalidad (a lo largo de toda la vida). Además, es gestora, coordinadora, y es prestada por generalistas, que en nuestro país llamamos médicos de familia.
Esta es la atención primaria que ha demostrado sobradamente sus éxitos. La que estudió Barbara Starfield y encontró grandes beneficios para la salud de la población frente al excesivo peso de la atención prestada por la atención hospitalaria. Estudios más recientes llegan a las mismas conclusiones. Otras formas de entender la atención primaria pueden ser buenas, pero no constan sus beneficios.
La estrategia de que “cada uno se responsabilice de sus propias prescripciones” nos parece que para la teoría del derecho y la responsabilidad puede estar bien. Para los pacientes no. Se entiende mucho mejor si lo explica nuestro compañero Salva Cuesta en una magistral entrada en su blog. Por otra parte, llevada al extremo, supondría, en la práctica, la paralización de una adecuada actividad asistencial.
Que el trauma se responsabilice de sus AINE y que se sepa la“triple whammy”, que la urgencia pueda prescribir un año de bromazepam, que las estatinas o la reciente costumbre de prescribir antidiabéticos sean cosa de cardiólogo, que el neurólogo le pueda poner gabapentina a una persona mayor que ha tenido caídas previamente, el urólogo fármacos para la vejiga hiperactiva, las unidades del dolor… y que nosotros no tengamos nada que ver (porque es el fondo de la cuestión, que quede claro que “no hemos sido nosotros” tanto a efectos de responsabilidad como de gasto) nos parece nocivo para los pacientes. El cardiólogo no quiere que un paciente muera del corazón… pero el betabloqueante no le deja salir a la calle y tenemos que cuestionarlo. Esa es la perspectiva de médico de familia. Podremos alegar que “si te parece lo cambias”, pero si te inhibes tendrás menos problemas. Más fácil inhibirse. Deberíamos reclamar nuestro papel integrador que supere la visión del individuo como la suma de sus órganos y aparatos y no alejarnos del problema. La lógica del sistema actual es que el especialista le recomienda al paciente un tratamiento, pero tú, que eres su médico de familia, acabas por decidir. Ya sabemos que para muchos compañeros y pacientes se entiende como una orden (grave error de nuestros responsables que nunca dejaron meridianamente claro este tema) y eso produce el malestar que hemos vivido, como todos, en nuestras carnes Esa debería ser la lógica que debemos reclamar y no la inversa… ¿Cuántos pacientes vienen a enseñarnos un tratamiento y lo desaconsejamos por experiencia previa, por conocimiento de la situación personal y familiar…?. Ahora sí te tienes que enterar.
Ya, por fin, no sería nuestra responsabilidad. Ese es, en nuestra opinión, trabajo de médico de cabecera y si lo abandonamos, otro lo reclamará. Creemos que va a ser estupendo que, cuando en los hospitales se acceda a la lista completa de la medicación de los pacientes para añadir alguna más, se entienda la complejidad de la atención a los grandes polimedicados.
En el fondo, por esta vía, caminamos hacia la multiplicidad de prescriptores. No hay datos incontestables de casi nada porque no hay dos sistemas sanitarios iguales, pero revisiones muy serias como la de JAMA señalan que la multiplicidad de prescriptores induce polimedicación y sus indeseables efectos para los pacientes. Experiencias pequeñas pero muy cercanas apuntan en la misma dirección. No solo la acción, la omisión también es una responsabilidad. Nos hemos pasado la vida protestando por alejarnos de las recetas (burocracia pura) y ahora que no las hay nos queremos alejar de la medicación. No es lo mismo y creemos que es un error.
No somos jueces, pero si un paciente tiene un problema serio por la medicación, y ha pasado por tu consulta, dudo mucho que se pueda alegar desconocimiento o falta de familiaridad. La receta electrónica es trazable y se podrá alegar que no indicamos esa medicación o que no estamos acostumbrados, pero lo mismo pueden alegar los dispositivos de urgencias y… no creemos que eso les exonere de responsabilidad.
Con toda seguridad se podrán encontrar fórmulas imaginativas que a casi todos dejen contento, pero sin olvidar nuestro papel central, integrador y responsable final de la globalidad del paciente. Por otro camino perderán los enfermos, en especial los polimedicados (seguramente los más vulnerables) y nosotros que disminuiremos habilidades, conocimiento, prestigio y credibilidad frente a ellos.

El Grupo de Trabajo de Farmacoterapia de la SoMaMFyC

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