miércoles, 1 de marzo de 2017

BMJ. Prescripción en atención primaria de antidepresivos para indicaciones no aprobadas.

BMJ 2017; 356: J603
El uso fuera de etiqueta de este tipo de medicamentos es común y cada vez más frecuente, y en casi la mitad de los casos analizados en un estudio canadiense, ni el medicamento prescrito ni ningún otro medicamento de su misma clase disponía de una fuerte evidencia para la indicación.
El uso de antidepresivos en los países de nuestro entorno está aumentado considerablemente. En un país como Reino Unido, por ejemplo, el número de prescripciones aumentó un 6,8% entre 2014 y 2015, más que cualquier otro tipo de medicamento con receta. Aunque es difícil de determinar, porque actualmente en la mayoría de casos las prescripciones de medicamentos no se acompañan de la indicación para la que se están recetando, se sospecha que el aumento del consumo de antidepresivos se corresponde, en muchas ocasiones, con un uso para indicaciones no aprobadas (off-label).
Los sistemas de receta electrónica sí permiten adjuntar de forma fácil y duradera la indicación concreta de la recomendación farmacológica, por lo que la generalización del uso de este tipo de sistemas de prescripción permitirá disponer de una información valiosa explotable, asociada a las indicaciones fuera de etiqueta de los medicamentos. Los resultados de un trabajo en el que se analizó un sistema de recetas electrónicas, indicaron que en la última década, los médicos de atención primaria prescriben con frecuencia, y cada vez más, antidepresivos para indicaciones no relacionadas con la depresión. Dos de cada tres prescripciones eran para indicaciones off-label. Las estimaciones sitúan en cerca de un tercio el número de recetas de antidepresivo para indicaciones no aprobadas, pero se sabe poco de hasta qué punto estas prescripciones off-label se encuentran respaldadas por la evidencia científica.
Los impulsores de un nuevo estudio descriptivo decidieron examinar indicaciones no aprobadas para los antidepresivos en atención primaria y evaluar el nivel de apoyo científico para estas prescripciones off-label. Los investigadores analizaron más de 100.000 prescripciones de antidepresivos generadas en un entorno de atención primaria mediante un sistema de registro de recetas electrónicas en Quebec, Canadá, entre enero de 2003 y septiembre de 2015.
En general, y en concordancia con las estimaciones previas, de todas las recetas de antidepresivos analizadas, el 29,3% fueron escritos para una indicación fuera de etiqueta. Por clase, los antidepresivos tricíclicos fueron los más propensos a una prescripción fuera de indicación (81,4%), con un gran peso de amitriptilina (93%). Trazodona para el insomnio, sin evidencia disponible, fue el más común de los utilizados fuera de etiqueta representando el 26,2% del total de casos. Sólo en el 15,9% de todas las recetas off-label, el fármaco prescrito disponía de fuerte evidencia científica que apoyara la indicación; en el 39,6% de las recetas analizadas, el medicamento concreto prescrito no tenía una fuerte evidencia de respaldo, pero sí que ésta existía para otro antidepresivo de la misma clase para la misma indicación, sobre todo entre las recetas off-label de inhibidores selectivos de la decapitación de serotonina; y en las 44,6% recetas restantes, ni para el medicamento prescrito ni para ningún otro medicamento de su misma clase, se disponía de fuerte evidencia para su indicación.
Estos resultados ponen de relieve la importancia de considerar el nivel de evidencia que apoya riesgo-beneficio cuando se prescribe un antidepresivo, especialmente en el caso de medicamentos para los que se conocen importantes efectos secundarios asociados, como puede ser el caso de los antidepresivos. Los autores señalan de manera especial que no se debe suponer que todos los fármacos dentro de una clase son intercambiables para el tratamiento de una indicación cuando un miembro de la clase ha demostrado eficacia, y debe ser norma, cuando se carece de pruebas para apoyar la eficacia, prescribir con precaución, de forma conservadora, e informar de forma adecuada a los pacientes en un proceso de toma de decisiones compartida.

Fuente: DICAF

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