jueves, 13 de octubre de 2016

Calma con las glifocinas


Continuando con el tema de la diabetes mellitus (DM) y a propósito de las glifocinas (glucosúricos), la NICE (nuestra Biblia particular) ha publicado recientemente (el 25 de mayo de 2016) una guía de uso de las mismas en las que se recomiendan como monoterapia cuando metformina, una sulfonilurea o pioglitazona son inefectivas o no se toleran, y en todo caso como alternativa a las IDPP4.

Llama la atención esta recomendación porque hasta el momento solo una de las tres glifocinas ha demostrado la reducción de la mortalidad total (empaglifazona) en un famoso estudio (EMPARAGE) (que se está convirtiendo en viral, como casi todo hoy en día); sin embargo nada se sabe al respecto de las otras dos (cana y dapa). En todo caso, este efecto sería como el ocasionado por metformina, aunque menos intenso. Por cierto, todos sabemos que en la práctica la monoterapia en muy pocas ocasiones consigue alcanzar los objetivos de control de glucemia.

No obstante, a la revista Prescrire (nuestra otra Biblia particular), le ha faltado tiempo para contraatacar con un editorial (1 de junio de 2016) titulado “Empaglifazona. No tener prisa en utilizar este fármaco”. Sus argumentos son que, si bien el fármaco efectivamente reduce la  mortalidad cardiovascular (5.7% versus 8.3%, p<0.001), ésta no se debe a la reducción de las complicaciones vasculares propias de la DM (IAM o ictus), sino por reducción de la insuficiencia cardiaca, probablemente por su efecto diurético. Aunque en fin, la insuficiencia cardíaca sería en todo caso una variable intermedia (o surrogada), mientras que la mortalidad total es una variable final, (o “dura”), de las que realmente importan.



De paso la revista en su editorial recuerda sus efectos secundarios, como infecciones genitales, insuficiencia renal, hepatotoxicidad, cetoacidosis y deshidratación. Por todos estos motivos, se hace una llamada a la calma hasta disponer de más información. Sobre dapaglifocina y canafligocina, la revista las descarta por su relación beneficio-riesgo desfavorable.


Así pues, podemos comprobar claramente como puede haber discrepancias incluso entre los referentes clásicos sobre el uso racional o eficiente de los medicamentos. En todo caso, es mejor la discrepancia que la ley de la jungla.

Grup del Medicament

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