El objetivo del trabajo publicado en Journal of the American College of Cardiology,
era analizar la asociación entre los niveles de adherencia a la
medicación y la incidencia de eventos adversos cardiovasculares mayores
(MACE), en una cohorte de 4.015 pacientes con post-infarto de miocardio y
en otra de 12.976 pacientes con aterosclerosis a partir de la base de
datos de un aseguradora de EE.UU.
La adherencia a la medicación se
estimó calculando la proporción de días cubiertos (PDC). El denominador
se refiere al número de días entre la primera prescripción y el final
del período de seguimiento; el numerador es el número de días cubiertos
por la prescripción. El período de evaluación de adherencia a la
medicación fue de 6 meses para la cohorte post-IM y de 12 meses para la
cohorte aterosclerosis. Los pacientes se clasificaron sobre la base de
sus PDC mediante el uso de umbrales estándar: >80% (Totalmente
Adherente); 40% a 79% (Parcialmente Adherente); y <40% (No
Adherente).
Resultados
En la cohorte post-IM, el grupo
totalmente adherente tenía una tasa significativamente más baja de MACE
que el No Adherente (18,9% vs 26,3%; hazard ratio [HR]: 0,73; p = 0,0004) y que el grupo Parcialmente Adherente (18,9% vs. 24,7%; HR: 0,81; p = 0,02) a los 2 años.
En la cohorte de Ateroesclerosis,
el grupo totalmente adherente tenía una tasa significativamente más baja
de MACE que el No adherente (8,42% frente a 17,17%; HR: 0,56; p
<0,0001) y que el Parcialmente adherente (8,42% frente a 12,18%; HR:
0,76; p <0,0001) a los 2 años.
El estudio también identificó una disminución del coste entre los grupos más adherentes frente a los no adherentes.
Conclusión
Aunque en el estudio se valoran
las diferencias de resultados asociadas con valores de adherencia del
40% y el 80%, es importante reconocer que estos no son verdaderos
umbrales de efecto sino que reflejan unos puntos de corte como forma de
clasificación de la adherencia. Para poder
obtener conclusiones sobre la cantidad de medicación que se debe tomar
para lograr un efecto clínico, son necesarios datos más refinados en el
consumo de medicación y marcadores fisiopatológicos indirectos, tales
como la presión arterial o los niveles de colesterol, como menciona un editorial en la misma revista.
Sí se puede afirmar que cuanto más adherente sea un paciente a un tratamiento sus resultados clínicos serán mejores.
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