martes, 7 de junio de 2016

DICAF. Nueva clase de medicamentos para la reducción del colesterol.

La proteína PCSK9, secretada principalmente por el hígado, está implicada en los mecanismos de regulación  de los niveles séricos de colesterol LDL (C-LDL). Los anticuerpos monoclonales contra PCSK9 inhiben su actividad y han demostrado capacidad para inducir espectaculares reducciones de los niveles plasmáticos de C-LDL en circulación.
Alirocumab y evolocumab son fármacos de estas características que pueden ser ya utilizados tanto en Europa como en los Estados Unidos. La indicaciones para la que se les ha concedido autorización son: de forma complementaria a una dieta restrictiva en grasas en el tratamiento de pacientes adultos con hipercolesterolemia primaria, familiar heterocigótica y no familiar, así como en dislipidemia mixta, en combinación con una estatina o con una estatina y otros reductores lipídicos, cuando el paciente no alcanza los valores diana de C-LDL-C a pesar de estar tratado con las dosis máximas toleradas de estatinas; o solo o en combinación con otros reductores de los lípidos en pacientes intolerantes o con contraindicación para las estatinas. En el caso de evolocumab también está autorizado en adultos y adolescentes mayores de 12 años con hipercolesterolemia familiar homocigótica, en combinación con otros agentes hipolipemiantes. La FDA se muestra un poco más restrictiva permitiendo el uso de estos tratamientos en la prevención secundaria sólo cuando el paciente presente, además de la hipercolesterolemia familiar, enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, accidente vascular cerebral,…).
Estos medicamentos se administran en forma de inyecciones subcutáneas cada 2 o 4 semanas (dependiendo de la sustancia). Los datos disponibles indican disminuciones en los niveles de C-LDL, del orden del 50%. Sin embargo, no existen datos de los efectos clínicos sobre la reducción de eventos cardiovasculares de esta marcada reducción del colesterol LDL y también se echan a faltar datos sobre la seguridad a largo plazo de estos tratamientos. A falta de esta información, y dado que el colesterol juega un papel importante en el metabolismo cerebral, algunos expertos se preguntan si este nuevo concepto de tratamiento podría llegar a afectar negativamente al rendimiento del cerebro, e inducir trastornos mentales. Los resultados de grandes estudios en curso que podrán aclarar parte de estas preguntas sobre eficacia y seguridad se esperan para el año 2017.
Por otra parte, y al margen de los beneficios para los pacientes que puedan llegar a tener los nuevos tratamientos, lo que sí se está poniendo en cuestión desde ciertos ámbitos de la comunidad sanitaria es la estrategia de comercialización por la que están optando los desarrolladores de estos fármacos, con una primera liberación de resultados preliminares de pequeños ensayos clínicos con resultados muy prometedores, a los que está siguiendo una abrumadora aparición continua de nuevos resultados sobre los efectos de los inhibidores de PCSK9, con estudios de fase 3 que se han visto fragmentados en hasta 14 (Odisea-Programm para alirocumab) o 20 estudios diferentes (PROFICIO-Programm para evolocumab), copando en buena parte la atención de los medios y viendo como se retrasa la aparición de los resultados definitivos de los estudios con puntos finales clínicos.

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