martes, 31 de mayo de 2016

(NoGracias) La experiencia en primera persona de una médico de familia con el tramadol.

Como muchos de mis compañeros de profesión, soy muy reacia a tomar medicamentos (¡bonita paradoja profesional!). Tan sólo utilizo intermitentemente diclofenaco 50 mg cuando me acompaña, mensualmente, la inseparable dismenorrea.
En general, tengo buena salud (seguramente asociado a que practico mucho deporte y me alimento siguiendo nuestra bienaventurada dieta mediterránea sin realizar excesos de forma habitual).
Llevo 13 años trabajando como médico de familia en un CAP en Barcelona. En este tiempo, he estado de baja en 4 ocasiones: en mis 3 partos y a consecuencia de una operación programada tras la ruptura del ligamento cruzado anterior y el menisco de mi rodilla derecha (gajes del oficio entre los que practicamos todo tipo de deportes de forma habitual).
Nunca he faltado al trabajo por una gripe, una gastroenteritis, una conjuntivitis ni cualquier otro de los motivos habituales de incapacidad leve que suele aquejarle a nuestra población.
El preámbulo es para intentar enmascarar lo que supusieron para mi los efectos secundarios de la ingesta de tramadol 50mg.

No hay comentarios:

Publicar un comentario