martes, 5 de abril de 2016

GenCat. Benzodiacepinas para el insomnio en personas mayores

 http://essencialsalut.gencat.cat/es/detalls/Article/benzodiazepines_insomni

No se recomienda la prescripción rutinaria de benzodiacepinas de semivida larga a las personas mayores para el tratamiento crónico del insomnio como primera opción.

Resumen

  • El uso de benzodiacepinas en las personas mayores es muy frecuente.
  • Las benzodiacepinas aumentan el riesgo de deterioro cognitivo, delirio, caídas y fracturas en las personas mayores, aún más si hay uso concomitante de otros fármacos, y como consecuencia el uso de recursos sanitarios y sociosanitarios.
  • Las medidas no farmacológicas son el tratamiento de primera elección. No obstante, en caso de haber de usar fármacos como benzodiacepinas o inductores del sueño, son preferibles los de semivida corta, y no se tienen que utilizar más allá de cuatro semanas por los riesgos que comportan.
 

Más información

Las benzodiacepinas son uno de los grupos farmacológicos más ampliamente utilizados en nuestro entorno. Su indicación principal es el tratamiento de los trastornos de ansiedad y del insomnio.
El insomnio se define como la dificultad en el inicio, mantenimiento, duración o calidad del sueño. Esta condición aumenta con la edad produciendo una importante morbilidad y afectando a la calidad de vida de las personas. La prevalencia del insomnio en personas mayores varía según los estudios -desde un 19,6% hasta un 65%-, siendo del 40% en mayores de 65 años.
El abordaje del insomnio en personas mayores empieza con una valoración geriátrica integral, revisión de los fármacos que está tomando el paciente (sobre todo en los casos de polifarmacia) y análisis de la comorbilidad existente, valorando la existencia de movimientos paradójicos de las piernas o apnea obstructiva del sueño. Es necesario investigar sobre los hábitos de dormir, la calidad del sueño, cómo se encuentra el paciente cuando se levanta al día siguiente y durante el día, cómo se ha desarrollado el problema, la existencia de quejas previas, los aspectos psicológicos de la persona, y las creencias y expectativas que el paciente tiene sobre su problema.
El objetivo del tratamiento es mejorar la calidad y cantidad del sueño así como el funcionamiento durante el día, reducir la latencia del sueño y los despertares nocturnos. El manejo terapéutico del insomnio se tiene que basar en estrategias no farmacológicas como la educación del paciente y medidas de higiene del sueño, e intervenciones psicológicas como las terapias conductual y cognitivo-conductual, siendo las intervenciones farmacológicas adyuvantes. Cuando el tratamiento es farmacológico se acostumbran a utilizar los hipnóticos benzodiacepínicos y no benzodiacepínicos. Actualmente no hay ninguna indicación clínica que justifique la prescripción prolongada de benzodiacepinas (más de cuatro semanas), ya que la práctica clínica de mantener el fármaco ininterrumpidamente genera fenómenos de tolerancia y dependencia.
Hay que destacar que se han descrito consecuencias negativas del uso de benzodiacepinas en las personas mayores de 65 años. Según los criterios STOPP-START, el uso prolongado (más de cuatro semanas) de benzodiacepinas de semivida larga (como clordiazepóxido, flurazepam, nitrazepam, clorazepato) o benzodiacepinas con metabolitos de acción larga (como diazepam) tiene riesgo de sedación prolongada, confusión, trastornos del equilibrio y caídas -aún más en personas mayores cuando frecuentemente hay uso concomitante de otros fármacos. En diversos estudios, su prescripción se ha relacionado con deterioro cognitivo y caídas, y con el aumento de la mortalidad relacionada con las fracturas asociadas.
En esta línea, las recomendaciones de las guías de práctica clínica indican que hay que restringir el uso de las benzodiacepinas hasta un máximo de 2-4 semanas, para evitar los efectos adversos a largo plazo, como somnolencia diurna, disminución de reflejos, deterioro cognitivo, alteración de la memoria y aumento del riesgo de sufrir caídas que pueden comportar la aparición de fracturas de cadera en las personas de la tercera edad. En los manuales clínicos de geriatría y en la Guía de práctica clínica para el manejo de pacientes con insomnio en atención primaria en el Sistema Nacional de Salud (SNS), hay recomendaciones específicas con relación al uso de benzodiacepinas para el tratamiento del insomnio en personas mayores. En general, no se recomienda la utilización de los hipnóticos a causa de su desfavorable relación riesgo/beneficio y como alternativa se recomienda la terapia conductual y cognitivo-conductual, especialmente el control de estímulos y la restricción del tiempo en la cama, apoyándolos con higiene del sueño y una clara explicación al paciente de los cambios naturales en la estructura del sueño que aparecen con el avance de la edad.
El exceso de utilización de las benzodiacepinas y sus consecuencias implica iniciar estrategias de control desde todos los ámbitos de la atención sanitaria (hospitalario y atención primaria). La polifarmacia y las interacciones entre fármacos generan efectos adversos, principalmente en las personas de edad avanzada. A menudo los efectos sedantes de las benzodiacepinas cuando son responsables de caídas y problemas cognitivos, comportan padecimiento para el paciente y una carga económica importante para la sociedad. Por ello, en algunos países y también en nuestro entorno, se han establecido iniciativas que promueven la disminución en su prescripción con el fin de evitar las consecuencias.
En el año 2014, en Cataluña, hay 117.523 pacientes mayores de 65 años con diagnóstico activo de insomnio, lo que corresponde a una prevalencia del 11,27%. De estos pacientes, el 5,71% se encuentra con prescripción activa de benzodiacepinas de semivida larga, lo que corresponde a un coste público anual aproximado de 95.000 euros.
En conclusión, el uso de benzodiacepinas en gente mayor de 65 años para tratamiento crónico del insomnio comporta riesgos evitables de deterioro cognitivo y aumento de mortalidad por caídas. Vista la desfavorable relación riesgo/beneficio, no se recomienda la prescripción rutinaria de las benzodiacepinas como primera opción.
 

Con la colaboración de

Grupo de Trabajo del Consejo Asesor del Plan director de salud mental y adicciones del Departamento de Salud;
Grupo de las Personas Mayores de la CAMFIC

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