Un estudio de escala de dosis establece que 2000 mg diarios del medicamento por tres días permiten activar células infectadas latentes sin que se observaran efectos adversos graves.
Disulfiram, conocido comercialmente como Antabus, es un medicamento indicado para el tratamiento de la dependencia al alcohol (alcoholismo crónico), como coadyuvante de programas integrados de deshabituación. Su función se basa en su capacidad de bloqueo sobre la enzima deshidrogenasa, que desempeña un papel central en el metabolismo del alcohol ingerido. La inhibición de deshidrogenasa causa una sensibilidad aguda al alcohol, produciéndose, en caso de que exista ingesta, una serie de efectos desagradables entre los que se incluye cefalea, náuseas, vómitos, debilidad, visión borrosa, sudoración y confusión mental.
Por otro lado, la terapia antirretroviral (TAR), que implica una combinación de al menos tres fármacos antirretrovirales, es el principal tratamiento utilizado actualmente para hacer frente a la infección por VIH, lo que permite ralentizar la progresión de la enfermedad. Este tratamiento, aunque ha permitido reducciones en las tasas de mortalidad por VIH a nivel mundial, no puede considerarse como una cura definitiva pues el virus puede permanecer latente en células infectadas y esquivar de esta manera la acción de los fármacos antiretrovirales. Uno de los enfoques sobre los que actualmente se está trabajando para superar este escollo es el denominado "shock-and-kill". En él, los investigadores tratan de dar con una sustancia capaz de "despertar" la expresión del virus en las células infectadas latentes para que puedan ser atacadas por el arsenal farmacológico del que se dispone. Pero hasta la fecha los medicamentos ensayados con esta finalidad y que han demostrado cierto grado de eficacia se han asociado con la presencia de efectos secundarios tóxicos.
Siguiendo esta línea, dado que existe conocimiento de que disulfiram activa la transcripción del VIH en un modelo de células T primarias con infección latente por VIH, y que también ha sido demostrada en un estudio piloto su capacidad para aumentar los niveles plasmáticos de ARN vírico en individuos que han sido expuestos de forma adecuada al medicamento, un estudio prospectivo con diseño de escalada de dosis para optimizar el nivel de exposición al fármaco, dirigido desde la Universidad de Monash, en Australia, en colaboración con el Hospital Alfred (Melbourne, VIC, Australia), y el Hospital General de San Francisco (San Francisco, CA, EE.UU.), trató de evaluar el efecto del disulfiram en la transcripción del VIH. En el ensayo participaron 30 pacientes adultos infectados por VIH que se encontraban en tratamiento antirretroviral supresor, con valores plasmáticos de ARN del VIH inferiores a 50 copias por mL y un recuento de CD4 superior a 350 células por microlitro. Los participantes se asignaron secuencialmente a uno de los tres grupos de dosificación (500 mg, 1.000 mg, y 2.000 mg) y recibieron disulfiram al día durante 3 días.
Los pacientes asignados al grupo de dosis 2.000 mg/día presentaron los mejores niveles de activación de latencia del virus, medida según aumento de la presencia del virus en plasma, sin que se observaran efectos adversos graves. La evidencia de no toxicidad del fármaco puede suponer, según los autores, un gran paso adelante en la lucha contra el VIH y el SIDA.
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