jueves, 5 de noviembre de 2015

DICAF. Meditación mindfulness y mejora en la calidad del sueño y del deterioro diurno en adultos mayores.

Las perturbaciones moderadas del sueño son comunes en los adultos a partir de los 55 años y a pesar de los problemas que a menudo conlleva (como somnolencia diurna, irritabilidad, problemas para concentrase y rendir en  el trabajo, fatiga y en ocasiones depresión)  muchas veces esta condición no llega a ser tratada.
Al margen de las opciones farmacológicas, que suelen reservarse para los casos más complicados, la disponibilidad de tratamientos para los trastornos del sueño leve siguen siendo limitadas, y existe por tanto una necesidad de programas accesibles en la comunidad que permitan mejorar  la calidad del sueño.
Un estudio trató de determinar la eficacia para la promoción de la calidad del sueño, en adultos mayores con alteraciones moderadas del sueño de una intervención basada en la medicina mente-cuerpo, la meditación mindfullness, comparándola con una intervención de educación de la higiene del sueño. En el ensayo participaron 49 pacientes que fueron aleatoriamente asignados a participar durante seis semanas, dos horas por semana, a alguna de ambas intervenciones. El estudio se diseñó para identificar diferencias entre los grupos de intervención por lo que refiere a la alteración moderada del sueño valorada mediante la escala "Pittsburgh Sleep Quality Index 5" (PSQI5). Como resultados secundarios se valoró el deterioro diurno relacionado con la falta de sueño incluyendo medidas validadas de síntomas de insomnio como la depresión, la ansiedad, el estrés y la fatiga, así como la señalización inflamatoria por medición del factor nuclear κB (NF-κB).
Ambos grupos de pacientes reportaron una puntuación media de 10,2 PSQI5 al inicio del estudio, que se vio reducida a 7,4 después de la intervención en el grupo de pacientes inscritos en la práctica de sensibilización mindfullnes en comparación con el 9.1 reportado en el grupo de intervención de educación de la higiene del sueño. Esta diferencia significativa entre ambos grupos se vio acompañada, también con significancia estadística, en las mediciones secundarias de algunos de los síntomas del insomnio: síntomas de depresión, fatiga e interferencia y gravedad de la fatiga. No se observaron diferencias en cuanto a nivel de ansiedad, estrés o NF-kB, aunque si se pudo comprobar que las concentraciones de NF-kB se redujeron significativamente en ambos grupos.
La mayoría de los participantes eran mujeres (67%), con un nivel educativo alto, lo que junto con el bajo número de participantes podría limitar la validez externa de las conclusiones a las que llegan sus autores. En su opinión estos resultados sugieren que intervenciones basadas en una práctica formalizada de técnicas mindfulness puede tener una relevancia clínica que debe ser tenida en cuenta y que se ha demostrado en este caso con un mayor nivel de eficacia que otras alternativas no farmacológicas.

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