jueves, 15 de octubre de 2015

El Gerente De Mediado. Modelo IKEA.

Acudo a Ikea a cambiar un mueble. Sin contemplaciones, a pesar de encontrarme en la República Independiente de mi casa, compruebo que debo dirigirme no a una persona, sino a una máquina que me guiará por el complejo mundo de la devolución.  Un desplegable me presenta varias opciones: inocentemente elijo “ Devolución rápida”, pero el sistema operativo me deniega el acceso: la opción solo está disponible para “amigos” de Ikea ( como cuando era pequeño, “no me ajuntan”).
Sigo navegando agradablemente por la web devolucionaria. Por fin encuentro la opción que se adapta a mi problema , y que no es otra que la devolución ordinaria. Obtengo un papelillo y espero que el número indicado en el luminoso coincida con el mío. El funcionamiento de esta empresa, referente permanente de buena gestión en las escuelas de negocio, y suma aspiración de la sociedad moderna, es frío pero muy efectivo: estamos encantados de ir a un lugar donde todo lo tenemos que hacer nosotros y encima pagar dinero ( además de solicitar que “nos ajunten”).
Por su parte, mi madre acude a la consulta de revisión en un conocido hospital público madrileño, en que además hice la residencia. Está citada a las 2 de la tarde ( una hora ideal para conciliar las actividades de un paciente diabético). Observa como la médico que posteriormente le atiende sale de la consulta para comer ( se lo dice a la auxiliar en voz alta cuando llega a buscarla una compañera). Espera pacientemente a que la doctora regrese de tomar su refrigerio ( ella por el contrario sigue sin comer). Ésta no parece tener mucha prisa y dedica un rato a charlar amigablemente con un representante farmacéutico en medio de la sala de espera ( nunca mejor dicho). Por fin le indica a la paciente que pase a la consulta. Son las 15.15: sin embargo, es atenta, educada y empátic a; se toma su tiempo para escucharla. Considera oportuno indicarle una Resonancia Magnética Nuclear (RMN) para lo cual debe pasar por la planta en que se dan las citas. La paciente se impacienta, entre otras cosas porque sigue sin comer . Como ya son casi las 4 se ha marchado a casa  todo el personal administrativo que da cita excepto uno: pero para poder hablar con él hay que sacar un número de una máquina muy parecida a la de Ikea: da tres tipos de citas: cita , cita combinada o  consulta infantil. Pulsa el botón para ticket de cita, pero no hay papel. Tampoco lo hay si pulsas cita combinada por lo que acaba por pulsar consulta infantil y espera turno. Cuando por fin llega, le reprenden porque es evidente que ella no es un paciente infantil. Responde que ya lo sabe, y que no quería engañar a nadie pero que no  había papel en las otras citas : le censuran su actitud porque mientras los pacientes de cita, o de cita combinada esperan hora y media, las consultas infantiles solo tardan diez minutos en ser atendidas ( un gesto de gran humanidad). Con el apercibimiento de “que sea la última vez” pasan a atenderla…para decirle que se ha equivocado de ventanilla y que las citas de la RMN se dan en otra planta. Cuando comenta que ella no sabe en que lugar se dan las citas y que lleva ya tres horas en el hospital ( sin comer) el administrativo se encoge de hombros: “ es lo que diga la máquina”.

En el tanatorio de Santa Fe por el contrario no hay máquina expendedora de servicios. Sin embargo la infiltración del modelo Ikea  llega a los más recóndito lugares, incluido algo tan íntimo y triste como la muerte de alguien querido. Al “cliente” funerario se le informa al llegar del amplio abanico de alternativas funerarias: la atención religiosa por ejemplo,  tiene un coste de 90 euros al que hay que añadir 30 de alquiler de sala para el acto religioso ( como si fueran módulos de un mueble infantil).  Pero la  imparable tendencia a que el usuario acarree con toda la carga de trabajo alcanza una nueva cima en los tanatorios modernos: en pleno duelo, un eficiente operario demanda con urgencia al familiar  una información clave: el número exacto de comulgantes. Ahora que tantos oficios desaparecen, loable es la creación de nuevas ocupaciones: ya  está aquí el cuentahostias

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