miércoles, 9 de septiembre de 2015

Grimalt Dermatología.¿ Vitaminas para el cabello ? -¡No gracias!

Dentro de nuestro trabajo como dermatólogos, la visita por pérdida de cabello es quizás uno de los motivos de consulta más apasionantes. Detrás de una banal caída de pelo se pueden ocultar desde alteraciones hormonales, problemas alimentarios, estados depresivos o situaciones de estrés, enfermedades graves ocultas, e incluso estados de envenenamiento o de ingesta accidental de algún tóxico medicamentoso o profesional.
Vamos a la farmacia
Quizás lo que más nos sorprende como médicos, es la ligereza un poco irresponsable con la que muy a menudo la gente va a la farmacia a buscar “algo para el cabello”. Aproximadamente el 90% de los pacientes que visitamos han gastado antes de la visita dinero en diferentes tipos de vitaminas para el cabello o “reforzadores de pelo”. No hace falta decir que si el paciente no dispone de un diagnóstico preciso, el tratamiento no podrá ser nunca eficaz.
Imaginemos por un momento una persona que sufriendo molestias oculares fuera a la farmacia a comprar “algo por los ojos”. Parece evidente que la respuesta que debería recibir fuera, – “qué tiene usted a los ojos?”, Porque no es lo mismo una conjuntivitis, que una catarata o que un glaucoma, aunque las tres enfermedades pueden compartir algunos síntomas!
Los dermatólogos muy a menudo nos encontramos que los pacientes se han atrevido con su piel y / o pelo, y llevan encima tratamientos sin tener claro qué problema tienen realmente.
Entramos a analizar con un poco de detalle cuáles son las causas más frecuentes de consulta por caída de cabello y cómo nos podríamos orientar para diagnosticarlas mejor.
La mayor parte de alopecias no son debidas a déficits vitamínicos.
La mayor parte de alopecias no son debidas a déficits vitamínicos.
El miedo y el pelo
En primer lugar y de lejos, la consulta más frecuente por caída de pelo es una consulta de miedo. Miedo a perder el pelo. Es lo que nosotros llamamos la falsa caída de cabello o alopecia cíclica. Suelen ser personas que llevan el pelo largo (más a menudo, mujeres jóvenes), y que se desesperan al ver en el cepillo y en el desagüe de la ducha puñados de pelo que se les desprenden de la cabeza.
Para poder entender qué les pasa a estas personas, hay que dedicar un par de líneas a conocer la fisiología del cabello, es decir cómo vive y cómo muere el cabello encima de nuestra cabeza. 
La calefacción natural
Si hacemos un poco de retroceso hacia nuestros orígenes, filogenéticamente el cabello servía como mecanismo de regulación de la temperatura corporal. El lector que tenga animales domésticos habrá podido ver como los perros, por ejemplo, desprenden una gran cantidad de su pelo durante la primavera, para poder pasar los veranos más fresquitos, y como después, sin tomar vitaminas de ningún tipo, recuperan su pelaje en otoño, para poder pasar el invierno más calentitos.
Esto, que popularmente se denomina la muda, lo hacen todos los mamíferos, algunos de una manera más llamativa, y otros con un poco más de discreción.
Las personas, mamíferos como somos, tenemos el pelo en la cabeza con una triple función: decorativa / sexual, protetora, de golpes y de la radiación solar, y por último, conservamos, aunque muy levemente, el estigma filogenético de la regulación de la temperatura corporal.
No tomen vitaminas para el cabello sin conocer la causa de su enfermedad.
No tomen vitaminas para el cabello sin conocer la causa de su enfermedad.
Caen unos 80 cabellos al día
Los humanos, cambiamos cabellos sin cesar, de tal modo que cada 3 o 5 años hemos cambiado todos los que teníamos en el cuero cabelludo.
Dicho de otro modo, dentro de 5 años, como mucho, en nuestras cabezas, en las vuestras, y en las de todo el mundo, no quedará ni uno de los pelos que tenemos hoy. Esto obliga a un cambio constante de pelo, hecho del que, por cierto, no somos nada conscientes.
Habitualmente nuestras cabezas hacen este trabajo de renovación siguiendo un orden metódico: cada día hacen caer unos cuantos, que se han vuelto viejos, y cada día salen el mismo número de nuevos, de tal forma que el número total de pelo en el cuero cabelludo se mantiene constante. Un total de 120.000 para las personas rubias, unos 110.000 por los castaños, y aproximadamente unos 100.000 o menos por los pelirrojos.
Pero he-aquí que de vez en cuando una persona cambia su ritmo habitual de recambio de los cabellos que habitualmente es de 80 a 100 cabellos al día, y pasa a expulsar a muchos más. Nuestro cuero cabelludo decide, siguiendo un reloj animal / estacional, cuál es el momento de “quitarse pelo de encima”, pero no hay que preocuparse, que la máquina de fabricar nuevo pelo no se detiene y que este nuevo pelo se recuperará del todo en unos tres meses aproximadamente.
El problema es que el cabello nuevo que empieza a empujar, tardará tres meses en ser adulto y poderse notar.
Cada folículo o raíz del cabello, tiene capacidad para generar un número indeterminado de pelo, es decir que cabello caído no significa cabello perdido, al contrario, a menudo un buen puñado de pelo en el baño, almohada o en el cepillo, indica inicio de una época de renovación de pelo de la cabeza.
En esta situación, caída del cabello sin pérdida del mismo, es decir de recambio, “todos los tratamientos resultan efectivos”.
Tanto un perro peludo o un fantástico ejemplar de oso pardo de los Pirineos, sin darles ningún suplemento vitamínico, recuperarán todo el pelo después del verano, por intensa que sea su caída en primavera.
Ramón Grimalt
Grimalt Dermatología
www.grimalt.net
http://www.grimalt.net/vitaminas-para-el-cabello-no-gracias/

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