lunes, 22 de septiembre de 2014

Doctor ordenador

Entrevista a Nicholas Carr, que incluye alusión a los médicos de atención primaria:

"Carr, que fue asesor editorial de la Enciclopedia Británica, sostiene que la automatización en la que nos hallamos inmersos conduce, además, a una sociedad con médicos de atención primaria que emplean entre un 25% y un 55% de su tiempo mirando a la pantalla en vez de prestar atención a la narración del paciente"

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/09/19/actualidad/1411146383_037635.html
Y un extracto de su libro: Atrapados.Cómo las máquinas se apoderan de nuestras vidas

http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/09/19/actualidad/1411146252_372312.html

Doctor ordenador

La capacidad creciente de los sistemas de apoyo para guiar las prescripciones de los médicos, y para asumir el control de ciertos aspectos de la toma de decisiones médicas, refleja conquistas recientes y espectaculares de la informática. Los médicos, al hacer diagnósticos, se basan en su conocimiento de un gran cuerpo de información especializada, aprendida durante años de educación y aprendizaje rigurosos además del estudio permanente de revistas médicas y otra literatura relevante.
Hasta hace poco era difícil, si no imposible, que los ordenadores replicaran semejante conocimiento profundo, especializado y con frecuencia tácito. Pero los avances inexorables en la velocidad de procesamiento, la caída precipitada de los costes de almacenamiento de datos y trabajo en red, así como los adelantos en métodos de inteligencia artificial como el procesamiento del lenguaje natural y reconocimiento de patrones han modificado la ecuación. Los ordenadores son muchas veces capaces de hacer predicciones acertadas y calcular, por ejemplo, la probabilidad de que un paciente con un conjunto específico de síntomas tenga o vaya a desarrollar una enfermedad particular.
A medida que más datos de pacientes individuales sean recopilados y almacenados en forma de registros electrónicos, imágenes digitalizadas y resultados de pruebas, trámites farmacéuticos y, en un futuro no muy lejano, lecturas de sensores biológicos personales y aplicaciones de control de salud en teléfonos móviles, los ordenadores serán cada vez más competentes para encontrar correlaciones y calcular probabilidades a niveles de detalle muy precisos.
Los médicos afrontarán una presión creciente, si no un decreto terminante de los directivos, para ceder mayor control sobre diagnósticos y decisiones de tratamientos al software. Para ponerlo en términos poco caritativos pero no equivocados, puede que muchos médicos se encuentren pronto adoptando el papel de sensores humanos que recogen información para un ordenador que toma las decisiones. Los médicos examinarán al paciente e introducirán datos en archivos electrónicos, pero el ordenador tomará la iniciativa de al sugerir diagnósticos y recomendar tratamientos.
Gary Klein, un psicólogo investigador que estudia cómo toman decisiones las personas, tiene una preocupación más profunda. Al forzar a los médicos a establecer reglas, la medicina basada en pruebas “puede impedir el progreso científico”, escribe. Si los hospitales y las aseguradoras “autorizasen la medicina basada en evidencias, reforzados por la amenaza de demandas si los resultados adversos son acompañados de cualquier desviación de las prácticas estándar, los médicos se volverán reacios a intentar estrategias alternativas de tratamiento que no hayan sido evaluadas bajo controlados ensayos aleatorios. El avance científico puede verse ahogado si los médicos de primera línea, que combinan la pericia médica con el respeto a la investigación, no pueden explorar y son disuadidos de hacer descubrimientos”.
Fuente Ernesto Barrera vía MEDFAM-APS

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