http://zl.elsevier.es/es/revista/medicina-clinica-2/articulo/nuevas-perspectivas-clinicas-el-uso-90267426?login=ok
Aspectos perioperatorios en la práctica clínica
En el período perioperatorio, uno de los aspectos más controvertidos
es el uso de los fármacos que alteran la hemostasia, por las
implicaciones que tienen en la práctica anestésica y la dificultad de
optimizar el balance hemorragia-trombosis.
Tromboprofilaxis con anticoagulantes orales directos y anestesia regional
La realización de una técnica anestésica regional en un paciente que
va a recibir alguno de los ACOD ya aprobados para tromboprofilaxis en
cirugía ortopédica requiere tener en cuenta ciertas precauciones
necesarias para incrementar la seguridad de la técnica y minimizar el
riesgo de hemorragia espinal. Sin embargo, en el momento actual no
existe suficiente experiencia para realizar recomendaciones con un grado
de evidencia adecuado.
Por estas razones, se proponen unas recomendaciones generales de
intervalos de seguridad mínimos, basadas en la farmacocinética de cada
uno de los ACOD, tomando como referencia su vida media y aplicando «2
vidas medias» como intervalo general de seguridad, aunque siempre se
deberá tener muy en cuenta la valoración individual en cada paciente.
Empleo de la anticoagulación prolongada con anticoagulantes orales en el perioperatorio
Los pacientes tratados de forma prolongada, a dosis de
anticoagulación, con alguno de los ACOD precisan un manejo específico
durante el período perioperatorio o cuando se les va a practicar alguna
intervención invasiva.
Cirugía programada
La realización de una cirugía programada en un paciente que esté
recibiendo un ACOD como fármaco anticoagulante puede enfocarse a partir
de las siguientes 2 propuestas:
Suspensión del fármaco antes de la cirugía sin «tratamiento puente».
Transcurridas 3 vidas medias desde que se alcanza el pico plasmático de
un fármaco tras la administración del mismo, se puede considerar segura
la realización de la mayoría de los actos quirúrgicos o procedimientos
invasivos. Por lo tanto, en pacientes con función renal conservada, para
rivaroxabán, sería adecuado un intervalo de 24 h, para apixabán, 48, y
para dabigatrán, de 60. Esta alternativa será la preferente para
pacientes que vayan a ser intervenidos de una cirugía de riesgo
hemorrágico bajo,
algunos de los que vayan a ser intervenidos de una cirugía de riesgo
hemorrágico moderado, según las características del propio paciente,
individuos con un riesgo trombótico bajo/moderado, y, en todos los casos, pacientes con una función renal no alterada (aclaramiento de creatinina ≥ 50 ml/min).
Suspensión del fármaco 5 días antes de la cirugía y realización de «tratamiento puente».
Esta propuesta supone una asimilación del uso habitual de los AVK en el
«tratamiento puente». Así, si se suspende el fármaco 5 días antes de la
cirugía se administrará una HBPM a partir de las 24-48 h tras la última
dosis de ACOD. Es decir, la HBPM se administraría durante los 4 días
previos a la cirugía, con la última dosis 24 h antes de la misma.
Esta alternativa podría ser la preferente en los pacientes con riesgo
hemorrágico alto, en aquellos de riesgo hemorrágico moderado según la
intervención quirúrgica, pero cuyas características personales lo
pudieran incrementar, en los de riesgo trombótico elevado y cuando el
aclaramiento de creatinina sea inferior a 50 ml/min.
Cirugía urgente
Paciente que está recibiendo un ACOD y precisa cirugía urgente:
El inicio de la cirugía se demorará, si es posible, al menos 24-36 h
desde la administración de la última dosis del fármaco correspondiente
(equivalente a 2 vidas medias en cada uno de los casos de forma
específica).
No se recomienda administrar ningún componente hemostático
sistemáticamente de forma profiláctica. En el caso de que la cirugía
deba realizarse porque el paciente presenta una hemorragia como
consecuencia directa o indirecta del tratamiento anticoagulante (por
ejemplo, hemorragia cerebral espontánea o traumática), se podría valorar
la administración de alguno de los componentes hemostáticos que se
consideran a continuación, en términos de tratamiento de la hemorragia.
Se sugiere el inicio de la cirugía con un abordaje de la eventual
hemorragia empleando el tratamiento hemostático habitual si fuera
necesario. No es adecuado el empleo de los tests de coagulación, por la
variabilidad interindividual y no reflejar el efecto anticoagulante
real; pero se recomienda hacerlos, ya que su normalidad asegura
probablemente la competencia hemostática.
Entre los componentes hemostáticos que pudieran ser útiles en el caso
de una hemorragia importante se debería valorar la administración de
concentrados de complejo protrombínico (ya sean no activados o, incluso,
activados) o factor viia, considerando el riesgo de trombosis. Ninguno
de ellos es antídoto de los ACOD, pero su empleo podría contribuir de
forma efectiva a la corrección de los tests de la coagulación alteradosy al control de una eventual hemorragia.
Reintroducción del tratamiento anticoagulante
La reintroducción de la administración de un ACOD en el
postoperatorio, a la dosis diaria habitual, se podría considerar a
partir de las 24 h tras el final de la cirugía, pudiéndose retrasar
hasta las 48 h en los casos en que la hemostasia se encontrara
comprometida.
Una alternativa en los casos en que se hubiera realizado el
«tratamiento puente con HBPM» sería la administración en el
postoperatorio de una HBPM a dosis terapéuticas a partir de 24 h tras el
fin de la cirugía, con reintroducción del ACOD a las dosis indicadas a
partir del tercer o cuarto día del postoperatorio, y en este caso 24 h
después de la última dosis de HBPM.
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