La reducción del riesgo de complicaciones cardiovasculares a través de
la modificación de los lípidos sigue actualmente centrada en el descenso
del colesterol unido a lipoproteínas de baja densidad, siendo las
estatinas los fármacos de elección. Nuevos tratamientos, en fase de
investigación, como los anticuerpos que neutralizan la PCSK9, tendrán un
lugar reservado para el tratamiento de pacientes con intolerancia a las
estatinas o con dislipidemias graves. Los fármacos dirigidos a
modificar la concentración de colesterol unido a lipoproteínas de alta
densidad y triglicéridos no se han acompañado de las reducciones
esperadas en la tasa de complicaciones cardiovasculares.
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0025775313003102
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