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Conclusiones
Para conseguir una conciliación eficaz de la medicación, es esencial adaptar el mensaje al paciente, teniendo en cuenta sus características individuales y capacidades de entender la información. Una comunicación clara y personalizada mejora el cumplimiento del tratamiento y la implicación del paciente en la toma de decisiones sobre su salud. Además, es importante crear estrategias de comunicación que tengan en cuenta barreras lingüísticas, culturales y emocionales. Los profesionales de la salud tienen que fomentar una comunicación empática y activa que mejore la confianza y la colaboración. La optimización y la identificación de todos los puntos críticos en las transiciones asistenciales, especialmente en relación con la conciliación de la medicación, así como la garantía de un continuum asistencial adecuado, son fundamentales para reducir los EM. Estos puntos de transición, como los cambios entre la hospitalización y la atención primaria o entre diferentes niveles de atención especializada, son momentos clave en que pueden surgir desconexiones o inconsistencias en el tratamiento. Por lo tanto, asegurar una correcta coordinación en estas etapas es esencial para garantizar que la medicación sea adecuada, segura y coherente. En consecuencia, la comunicación eficaz, junto con la optimización de los procesos asistenciales, es clave para reducir los EM y mejorar la seguridad y los resultados en salud.
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