La aspirina es un fármaco fundamental de la industria farmacéutica, derivado originalmente como agente analgésico/antiinflamatorio, pero se descubrió por casualidad su uso como fármaco profiláctico para los eventos cardiovasculares adversos graves (MACE). Su utilidad actual en esta última función radica en su equilibrio entre eficacia y seguridad en una población contemporánea en la que, al menos en los países de ingresos altos, las tasas de incidencia estandarizadas por edad para MACE están disminuyendo, y donde ahora hay agentes terapéuticos que compiten entre sí. Su futuro puede estar determinado por su papel potencial como agente quimioprofiláctico o adjunto para el cáncer u otros estados patológicos. Por lo tanto, seguirá siendo objeto de más investigaciones clínicas.
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