martes, 23 de julio de 2024

AEMPS. Informe de Posicionamiento Terapéutico de rivaroxabán (Xarelto®), en combinación con ácido acetilsalicílico, en la prevención de acontecimientos aterotrombóticos en pacientes adultos con enfermedad coronaria o enfermedad arterial periférica sintomática, con alto riesgo de desarrollar acontecimientos isquémicos.

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Las enfermedades vasculares arterioscleróticas (EVA), las cuales engloban por orden de frecuencia la enfermedad coronaria (EC), la enfermedad cerebrovascular (ECV) y la enfermedad arterial periférica (EAP), son la principal causa de muerte en países desarrollados (1). La EVA se caracteriza por la formación de placas ateroscleróticas en las paredes arteriales, las cuales se estrechan y endurecen, pudiendo dar lugar a isquemia y trombosis en diversas partes del cuerpo (ej.: corazón, cerebro o miembros), particularmente cuando la placa se rompe (1). Con la progresión de la arteriosclerosis, la formación de placas ateroscleróticas puede generalizarse y afectar a múltiples lechos vasculares, lo cual aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares (2). Los pacientes con EC y EAP establecida presentan riesgo de eventos trombóticos secundarios a la EVA, tales como infarto de miocardio (IM), ictus y muerte cardiovascular. La guía  más reciente de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) denomina a la EC como síndrome coronario crónico (SCC) (3). En pacientes con EC y/o EAP, las guías de práctica clínica (GPC) actuales establecen una serie de indicaciones y recomendaciones de uso para la terapia antitrombótica (3-6). El papel de la terapia antitrombótica en prevención primaria es controvertido, y habitualmente no se recomienda antiagregar al paciente. En la prevención secundaria de la EC y en la EAP sintomática, las GPC recomiendan ácido acetilsalicílico (AAS) 75 mg-162 mg o clopidogrel 75 mg una vez al día (OD) (3-6). A pesar de la utilización de antitrombóticos y tratamiento farmacológico de enfermedades concomitantes (ej.: dislipemias, insuficiencia cardiaca, diabetes), la tasa anual de eventos trombóticos en pacientes con EC y EAP sigue siendo significativa (7). Una de las opciones terapéuticas para reducir el riesgo trombótico es, entre otras, añadir un segundo antitrombótico a la AAS, bien un inhibidor P2Y12 (ej.: clopidogrel, prasugrel o ticagrelor) o un anticoagulante a dosis bajas, pero la evidencia es limitada y conlleva un aumento del riesgo de hemorragias (3-6). Debido a ello, es necesario definir al grupo de pacientes que más puedan beneficiarse de aumentar la intensidad del tratamiento antitrombótico con el menor riesgo posible en sangrados

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