Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la principal causa de morbilidad y mortalidad en todo el mundo, y suponen un reto para la capacidad de los sistemas sanitarios a nivel global.
La aterosclerosis es la entidad fisiopatológica subyacente en dos tercios de los pacientes con enfermedades cardiovasculares. Si se tiene en cuenta que la aterosclerosis se desarrolla a lo largo de décadas, existe una gran oportunidad potencial para la prevención de eventos asociados como el infarto de miocardio y el ictus.
La aterosclerosis subclínica se ha identificado en sus fases iniciales en individuos jóvenes; sin embargo, no hay consenso sobre cómo prevenir la progresión a enfermedad sintomática. Dada la creciente carga de enfermedades cardiovasculares, es necesario un cambio de paradigma: pasar del tratamiento tardío de las enfermedades cardiovasculares ateroscleróticas a la detección precoz durante la fase subclínica con el objetivo de una posible curación o prevención de los eventos. Los estudios deben centrarse en el modo en que la medicina de precisión mediante imágenes y biomarcadores circulantes puede identificar antes la aterosclerosis y determinar si ese cambio de paradigma supondría un ahorro global de costes para la sanidad mundial.
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