miércoles, 8 de noviembre de 2023

Jama. Evaluación y tratamiento del dolor de rodilla.

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1) DOLOR PATELOFEMORAL: edad<40 años; físicamente activo; Dolor de rodilla de hormiga durante una sentadilla: ~ 91% sensible y 50% spe. 2) OA RODILLA: > 45 años; Dolor relacionado con la actividad<30 min de rigidez matutina, ~95% SE; 69% esp. 3) DESGARRO MENISCAL: prueba y extensión de McMurray; Sensibilidad en la línea articular

Importancia Aproximadamente el 5% de todas las visitas de atención primaria en adultos están relacionadas con el dolor de rodilla. La osteoartritis (OA), el dolor patelofemoral y los desgarros de menisco se encuentran entre las causas más comunes de dolor de rodilla.

La artrosis de rodilla, que afecta a unos 654 millones de personas en todo el mundo, es el diagnóstico más probable de dolor de rodilla en pacientes de 45 años o más que presentan dolor articular de rodilla relacionado con la actividad con rigidez matutina nula o menos de 30 minutos (sensibilidad del 95%; especificidad del 69%). El dolor patelofemoral suele afectar a personas menores de 40 años que son físicamente activas y tiene una prevalencia de por vida de aproximadamente el 25%. La presencia de dolor en la parte anterior de la rodilla durante una sentadilla es aproximadamente un 91% sensible y un 50% específica para el dolor patelofemoral. Se estima que los desgarros de menisco afectan al 12% de la población adulta y pueden ocurrir después de un traumatismo agudo (p. ej., lesión por torsión) en personas menores de 40 años. Alternativamente, un desgarro de menisco puede ser una afección degenerativa presente en pacientes con artrosis de rodilla que tienen 40 años o más. La prueba de McMurray, que consiste en la rotación simultánea de la rodilla (interna o externa para evaluar el menisco lateral o medial, respectivamente) y la extensión (61% de sensibilidad; 84% de especificidad), y la sensibilidad de la línea articular (83% de sensibilidad; 83% de especificidad) ayudan al diagnóstico de los desgarros de menisco. No se recomienda la obtención de imágenes radiográficas de todos los pacientes con posible artrosis de rodilla. El tratamiento de primera línea de la artrosis comprende la terapia de ejercicios, la pérdida de peso (si tiene sobrepeso), la educación y los programas de autocontrol para capacitar a los pacientes para que controlen mejor su afección. Se puede considerar la derivación quirúrgica para el reemplazo de la articulación de la rodilla para pacientes con artrosis en etapa terminal (es decir, sin espacio articular o con un espacio articular mínimo con incapacidad para hacer frente al dolor) después de usar todas las opciones conservadoras adecuadas. Para el dolor patelofemoral, se recomiendan ejercicios de fortalecimiento de cadera y rodilla en combinación con órtesis de pie o vendaje rotuliano, sin indicación de cirugía. El tratamiento conservador (terapia de ejercicios durante 4-6 semanas) también es apropiado para la mayoría de los desgarros de meniscos. En el caso de desgarros traumáticos graves (p. ej., con asa de cubo), que consisten en tejido meniscal desplazado, es probable que se requiera cirugía. Para los desgarros de menisco degenerativos, la terapia de ejercicios es el tratamiento de primera línea; La cirugía no está indicada ni siquiera en presencia de síntomas mecánicos (p. ej., bloqueo, atrapamiento).

Conclusiones y relevancia La artrosis de rodilla, el dolor patelofemoral y las roturas de menisco son causas frecuentes de dolor de rodilla, pueden diagnosticarse clínicamente y pueden asociarse a una discapacidad significativa. El tratamiento de primera línea para cada afección consiste en un manejo conservador, con un enfoque en el ejercicio, la educación y el autocontrol.



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