La mayoría de las mujeres en todo el mundo experimentan síntomas menopáusicos durante la transición a la menopausia o la posmenopausia. Los síntomas vasomotores son más pronunciados durante los primeros cuatro a siete años, pero pueden persistir durante más de una década y los síntomas genitourinarios tienden a ser progresivos. Aunque los síntomas característicos son sofocos, sudores nocturnos, alteraciones del sueño y malestar genitourinario, otros síntomas y afecciones comunes son fluctuaciones del estado de ánimo, cambios cognitivos, bajo deseo sexual, pérdida ósea, aumento de la grasa abdominal y cambios adversos en la salud metabólica. Estos síntomas y signos pueden ocurrir en cualquier combinación o secuencia, y el vínculo con la menopausia puede incluso resultar difícil de alcanzar. Las terapias hormonales basadas en estrógenos son los tratamientos más eficaces para muchos de los síntomas y, en ausencia de contraindicaciones para el tratamiento, tienen una relación beneficio:riesgo generalmente favorable para mujeres menores de 60 años y dentro de los 10 años posteriores al inicio de la menopausia. También se encuentran disponibles opciones de tratamiento no hormonal. Aunque un enfoque de tratamiento basado en los síntomas con una toma de decisiones individualizada puede mejorar la salud y la calidad de vida de las mujeres de mediana edad, los síntomas de la menopausia siguen siendo sustancialmente subtratados por los proveedores de atención médica.
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