La enfermedad relacionada con el calor es un término general que se utiliza para describir múltiples condiciones fisiopatológicas directamente relacionadas con el aumento de la temperatura corporal. Generalmente, viene precedida de signos y síntomas de alarma, aunque pueden no aparecer o no seguir una progresión específica. En las fases iniciales puede producirse hipotensión y taquicardia, sudoración profusa, sed intensa y fatiga. Posteriormente, pueden aparecer náuseas, cefalea y temblores y, en la fase final, calambres generalizados, ausencia de sudoración y alteraciones neurológicas (confusión, estupor y pérdida de conciencia). Las formas clínicas más graves son: – Síndrome de agotamiento-deshidratación (temperatura corporal < 40ºC): causado por la alteración del balance hidroelectrolítico debido a la sudoración excesiva y se desarrolla en pocos días. – Golpe de calor (temperatura corporal > 40ºC): se produce por un fracaso agudo de la termorregulación, hay pérdida de conciencia y supone una emergencia médica extrema, ya que se instaura en 1-6 horas y puede ser fatal. Requiere medidas de enfriamiento rápido: paños húmedos, baños de agua fría, etc. No está indicado el uso de antipiréticos.
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