viernes, 11 de marzo de 2022

Gc Varela. ¿Es ético no ofrecer ejercicio físico y rehabilitación a las personas mayores?.

Las últimas décadas han visto como la medicina basada en la evidencia se ha convertido en uno de los pilares esenciales que apoyan la toma de decisiones clínicas. Yo mismo he criticado que esta perspectiva sea la guía única y absoluta y he señalado que hay que compaginarla con una perspectiva más humanista. Así también he criticado que a veces el problema es “la evidencia que no  está”, ya sea por el poco interés por realizar investigación en un campo concreto o, también, por los sesgos en los métodos de evaluación de resultados que hacen que estos sean poco generalizables. Pero es innegable que la evaluación de los resultados, sea en salud, en experiencia de las personas o en sostenibilidad del sistema de bienestar, nos ha de servir para priorizar lo que realmente aporta valor, al mismo tiempo que debemos esforzarnos para avalarlo con métodos apropiados y con orientación pragmática. Por desgracia, sabemos que, en cuanto a políticas sanitarias, no siempre se tienen en cuenta los resultados para priorizar y decidir cómo invertir el dinero. Y en el campo de las personas de edad, con las que tenemos un déficit ético de investigación y evaluación, estas consideraciones están todavía más vigentes.


En cuanto a los aspectos de promoción del ejercicio físico y la rehabilitación, la poca cultura de investigación y el poco interés comercial han destacado todavía más la falta de evidencia científica. Por otra parte, en los últimos años se está llenando este vacío. Uno de los ejemplos más destacados es el que nos dan los compañeros y amigos del Hospital Público de Navarra y de Navarrabiomed, que en los últimos tiempos se han convertido en referentes en la materia.  Con algunos de sus  trabajos más recientes y destacados han demostrado que:

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