En 2014, Holanda reconoció a la medicina deportiva como una especialidad médica. A este reconocimiento le siguió el de la Asociación Holandesa de Deportes. Esta guía tiene apoyo oficial y es muy similar a la del Instituto de Salud del Reino Unido. La elección de la tendinopatía de Aquiles se debió a la frecuencia de aparición en la práctica clínica, y tiene un impacto importante en los pacientes. Por otra parte, hay muchos trabajos científicos al respecto.
La lesión en el tendón de Aquiles es un problema frecuente, tanto en los deportistas activos como individuos inactivos.
En los atletas puede estar causada por una sobrecarga externa, y en individuos inactivos, la sobrecarga relativa puede estar causada por una capacidad basal muy baja. En la práctica general holandesa, los síntomas por problemas del tendón de Aquiles ocurren en 2-3/1.000 pacientes adultos. Los corredores tienen un 52% de posibilidades (incidencia acumulada) de sufrir una lesión del tendón de Aquiles en toda su vida.
La fisiopatología exacta de la tendinopatía de Aquiles aún se desconoce; se cree que tiene un origen multifactorial. Una mejor comprensión de los factores de riesgo puede ayudar a desarrollar intervenciones preventivas más eficaces.
El diagnóstico de la tendinopatía de Aquiles suele hacerse sobre la bases de los hallazgos clínicos. Los criterios para el diagnóstico no están suficientemente descritos. Tampoco se ha acordado cuál es el papel de las imágenes en el diagnóstico. Por otra parte, hay una serie de condiciones (sistémicas) que deben tenerse en cuenta en los pacientes con dolor en la región del tendón de Aquiles. Es importante que los proveedores de salud reconozcan estas enfermedades, ya que influye sobremanera en el tratamiento y el pronóstico.
Las imágenes se utilizan con frecuencia en los pacientes con síntomas del tendón de Aquiles. Las radiografías, ecografías y resonancias magnéticas tienen un papel destacado. Por otra parte, las imágenes pueden tener efectos negativos a través de los riesgo de la radiación, la mala interpretación por parte de los prestadores de salud (lo que lleva a imágenes e intervenciones adicionales innecesarias) mientras que tienen consecuencias negativas en los pacientes (confusión, catastrofismo, miedo con evitación del movimiento y bajas expectativas de recuperación). Es importante el valor adicional y las posibles consecuencias negativas que el uso de las imágenes tiene para los prestadores de atención médica y los pacientes.
El tratamiento inicial de la tendinopatía de Aquiles es no quirúrgico.
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