lunes, 31 de mayo de 2021

The Lancet. Análisis de la severidad de la variante B.1.1.7. del SARS-CoV-2.

https://www.thelancet.com/journals/laninf/article/PIIS1473-3099(21)00170-5/fulltext

Dos estudios separados muestran que la conocida como variante británica del COVID-19 no se asocia con una enfermedad más grave ni mayor porcentaje de muertes aunque si conduce a una carga viral más alta y en consecuencia a una mayor transmisibilidad. Por otro lado este linaje no se asocia con con una alteración de los síntomas conocidos o mayor probabilidad de sufrir la afectación conocida como COVID persistente.

La aparición de variantes del virus SARS-CoV- ha generado preocupaciones de que podrían propagarse más fácilmente y ser más mortales, y que las vacunas desarrolladas a partir de la cepa original podrían ser menos efectivas contra ellas.

Datos preliminares sobre el linaje B.1.1.7., la conocida como variante Británica, indican que es más transmisible, con alguna evidencia que sugiere que también podría estar asociado con un aumento de las hospitalizaciones y muertes. Sin embargo, debido a que la variante se identificó recientemente, estos estudios se vieron limitados por la cantidad de datos disponibles.

Los hallazgos de dos nuevos estudios, que abarcaron el período comprendido entre septiembre y diciembre de 2020, cuando B.1.1.7. surgió y comenzó a extenderse por partes de Inglaterra, proporcionan información importante sobre las características de esta variante y ayudarán a informar las respuestas de salud pública, clínicas y de investigación.

Uno de estos trabajos  fue un estudio de cohorte y secuenciación del genoma completo en el que participaron pacientes con COVID-19 ingresados ​​en el University College London Hospital y el North Middlesex University Hospital, Reino Unido, entre el 9 de noviembre y el 20 de diciembre de 2020.  En él, los autores compararon la gravedad de la enfermedad en personas con y sin B.1.1.7 y calcularon la carga viral. Entre 341 pacientes a los que se les secuenciaron los hisopos de prueba de COVID-19, el 58% (198/341) tenían B.1.1.7 y el 42% (143/341) tenían una infección no B.1.1.7. No se detectó evidencia de una asociación entre la variante y el aumento de la gravedad de la enfermedad, con un 36% (72/198) de B.1.1.7. pacientes que se enfermaron gravemente o murieron, en comparación con el 38% (53/141) de aquellos con una cepa no B.1.1.7.

Los pacientes con la variante tendían a ser más jóvenes, con un 55% (109/198) de infecciones en personas menores de 60 años en comparación con un 40% (57/141) para aquellos que no tenían B.1.1.7.  

En un análisis de regresión que incluyó a 289 pacientes, aquellos con B.1.1.7 no tenían más probabilidades de experimentar una enfermedad grave después de tener en cuenta el hospital, el sexo, la edad, la etnia y las condiciones subyacentes. Los pacientes con B.1.1.7. no tenían más probabilidades de morir que los pacientes con una cepa diferente, con un 16% (31/198) de B.1.1.7. pacientes que mueren dentro de los 28 días en comparación con el 17% (24/141) para aquellos con una infección no B.1.1.7.

Para comprender mejor la transmisibilidad de B.1.1.7., los autores utilizaron datos generados por pruebas de PCR de hisopos de pacientes para predecir su carga viral, es decir, la cantidad de virus en la nariz y la garganta de una persona. Los datos analizados, conocidos como valores de PCR Ct y profundidad de lectura genómica, indicaron que con B.1.1.7. las muestras tendían a contener mayores cantidades de virus que las que no eran hisopos de B.1.1.7..

El otro trabajo se planteó como un estudio ecológico que analizó datos autoinformados de 36.920 usuarios del Reino Unido de la aplicación COVID Symptom Study que dieron positivo por COVID-19 entre el 28 de septiembre y el 27 de diciembre de 2020.

Los resultados de las pruebas y los informes de síntomas enviados a través de la aplicación se combinaron con datos de vigilancia del COVID-19 UK Genetics Consortium y Public Health England para examinar las asociaciones entre la proporción regional de B.1.1.7. infecciones y síntomas, duración de la enfermedad, tasas de reinfección y transmisibilidad.

El análisis cubrió 13 semanas completas.. Los usuarios se incluyeron en una semana si habían informado una prueba positiva durante los 14 días anteriores o después de esa semana. Para cada semana en cada región del análisis (Escocia, Gales y las siete regiones del NHS de Inglaterra), los autores calcularon la proporción de usuarios que informaron cualquiera de los 14 síntomas de COVID-19 predefinidos.

Para cada región y síntoma, se realizó una regresión lineal para examinar la asociación entre la proporción de B.1.1.7. en esa región y la proporción de usuarios que informaron el síntoma durante el período de estudio. El análisis se ajustó por edad, sexo y factores estacionales (temperatura y humedad regionales) que podrían afectar la notificación de algunos síntomas. El análisis no reveló asociaciones estadísticamente significativas entre la proporción de B.1.1.7. dentro de las regiones y el tipo de síntomas que experimentaron las personas. La proporción de personas que experimentaron COVID persistente (aquí definido como síntomas que persisten durante más de 28 días sin una interrupción de más de 7 días) tampoco se vio alterada por la variante B.1.1.7., con un coeficiente de correlación de -0,003.

La tasa de reinfección fue baja, con 0,7% (249 / 36,509) de los que informaron una prueba positiva antes del 1 de octubre de 2020, dando positivo nuevamente más de 90 días después. El análisis no encontró evidencia de que la tasa de reinfección fuera alterada por B.1.1.7.

Por otro lado, los autores encontraron que B.1.1.7. aumentó el número de reproducción total, o número R, en 1,35 veces en comparación con la cepa original.

En resumen, los datos aportados por estos dos trabajos de investigación no encontraron evidencia de que las personas con la variante B.1.1.7. experimentan  peores síntomas o un mayor riesgo de desarrollar COVID persistente en comparación con aquellos infectados con una cepa COVID-19 original. Sin embargo, la carga viral y el número R fueron más altos para B.1.1.7.. Por otro lado, las tasas de reinfección tampoco difirieron entre la variante analizada y la cepa original.

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