https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(21)00359-7/fulltext
Los trastornos de ansiedad forman el grupo más común de trastornos mentales y generalmente comienzan antes o en la edad adulta temprana. Las características principales incluyen miedo y ansiedad excesivos o evitar las amenazas percibidas que son persistentes y perjudiciales. Los trastornos de ansiedad implican una disfunción en los circuitos cerebrales que responden al peligro. El riesgo de trastornos de ansiedad está influenciado por factores genéticos, factores ambientales y sus relaciones epigenéticas. Los trastornos de ansiedad a menudo son comórbidos entre sí y con otros trastornos mentales, especialmente depresión, así como con trastornos somáticos. Esta comorbilidad generalmente significa síntomas más graves, mayor carga clínica y mayor dificultad de tratamiento. La mejor forma de reducir la gran carga de morbilidad derivada de los trastornos de ansiedad en las personas y en todo el mundo es mediante la detección oportuna y precisa de la enfermedad y la administración adecuada del tratamiento, ampliando los tratamientos cuando sea necesario. La psicoterapia basada en la evidencia (en particular la terapia cognitivo-conductual) y los medicamentos psicoactivos (en particular los compuestos serotoninérgicos) son efectivos y facilitan las elecciones de los pacientes en las decisiones terapéuticas. Aunque es prometedor, no se dispone de medidas preventivas duraderas y, junto con la resistencia frecuente a la terapia, las necesidades clínicas siguen sin abordarse. Los esfuerzos de investigación en curso abordan estos problemas, y los esfuerzos futuros deben buscar enfoques individualizados y más efectivos para el tratamiento con medicina de precisión.
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