lunes, 22 de marzo de 2021

Hemos leído. VACUNACIÓN MASIVA CONTRA EL SARS-COV-2: UNA NECESIDAD MUNDIAL.

http://www.hemosleido.es/ 

Leemos en el último NEJM una reflexión sobre la gestión de la vacunación masiva que se está llevando a cabo en los “países afortunados” que reciben vacunas contra el SARS-CoV-2 para proteger a su población.

Aunque la velocidad del desarrollo y evaluación de estas vacunas ha superado con creces las expectativas del mundo científico, el despliegue inicial de su distribución mundial se ha ralentizado (e incluso paralizado temporalmente), por lo que debemos estar preparados y tener un buen plan de vacunación masiva, para cuando realmente lleguen todas las unidades de vacunas prometidas por los laboratorios farmacéuticos.

En un principio, se anunció que se iban a aprovechar los sitios de atención médica comunitarios existentes para administrar las vacunas, es decir, los Centros de Salud. Sin embargo, el uso de estos espacios no es suficiente para lograr una vacunación lo suficientemente rápida como para detener la pandemia.

En este artículo, los autores inciden que es esencial un enfoque híbrido, que recurra a los centros de salud y a grandes espacios para una vacunación masiva de alto rendimiento. Salvando las diferencias de sistemas sanitarios existentes entre EEUU y España, hemos recopilado y adaptado algunas ideas esenciales que pueden servir para esquivar los desafíos específicos que plantea la vacunación masiva contra el SARS-CoV-2.

– Nos enfrentamos a un volumen sin precedentes de pacientes, y la vacunación masiva requiere registros de acceso al sistema de toda la población que vive en España, tanto los pertenecientes a la seguridad social y a las mutualidades de funcionarios, como los pacientes con seguro privado y aquellos que no están incluidos en ninguna base de datos. La administración sanitaria debería habilitar la posibilidad de una “autoinscripción amigable”, para que todo el mundo tenga oportunidad de vacunarse.

– Los requisitos de almacenamiento en frío para las primeras vacunas aprobadas (−20 ° C para Moderna y, originalmente, −70 ° C para Pfizer) ahora se suavizan con las nuevas vacunas aprobadas, que solo requieren refrigeración. No obstante, hay que tener previstos lugares de almacenamiento adicionales para posibles inmovilizaciones de lotes, suspensiones temporales, etc.

– La seguridad de las vacunas frente a los robos es un desafío importante para la mayoría de los sistemas sanitarios. Cuanto más se retrase el tiempo de la vacunación masiva prometida, más ansiosa estará la población que espera su vacuna, y podrían desaparecer dosis de vacuna «inexplicablemente».

– Debido a que el suministro de las vacunas es intermitente -y teniendo en cuenta su inestabilidad una vez preparadas-  se debe utilizar hasta la última dosis de los viales multidosis, y las citaciones tienen que estar perfectamente sincronizadas. Sería una irresponsabilidad sanitaria dejar de poner una sola dosis de vacuna a la población. ¡¡¡Imperdonable!!!

– Toda la población que reciba una vacuna cuya pauta posológica sea de dos dosis, debe tener programada y confirmada su segunda dosis para evitar malentendidos, y desde Salud Pública se debería realizar un seguimiento de los casos que no se presentasen en el punto de vacunación el día que le toca su segunda dosis, para evitar ineficiencias del programa.

– En el lugar propio de la vacunación masiva, la necesidad de un registro inicial de datos del paciente en el triaje, y una posterior espera de 15-30 minutos para observación post-vacunación, incluido la capacidad para realizar tratamiento de la anafilaxia aguda si se precisa, requiere de grandes espacios de espera diferentes, tanto a la entrada como la salida de los usuarios citados para la vacunación.

– Independientemente de los profesionales sanitarios implicados para los programas de vacunación en los centros de salud (médicos, enfermeras, auxiliares de clínica, celadores, administrativos…), para la vacunación masiva se deberían formar equipos multidisciplinares junto con otros profesionales que aporten su conocimiento y proponer una actuación rápida ante cualquier evento, como:

Expertos en los medicamentos dedicados a capturar problemas en tiempo real, identificar incertidumbres y generar soluciones de manera inmediata, como los Farmacéuticos de Atención Primaria. La información científica y veraz sobre los beneficios de las vacunas antes de su administración proporciona tranquilidad a la población.

Servicios de emergencias sanitarias en salas de urgencias, para que los profesionales sanitarios implicados en la administración de la vacuna sigan su ritmo, sin interrupciones.

Informáticos que puedan resolver cualquier incidencia de los programas de registro.

Organizadores de eventos que sepan gestionar flujos de personas e identificar cuellos de botella. E incluso programación de posible catering cuando se sospecha que las personas pueden estar en cola durante horas.

Gestores sanitarios que realicen sesiones informativas periódicas ante cualquier cambio, con todo el personal implicado en la vacunación masiva, incorporando cambios en el flujo de trabajo utilizando un marco de ciclo de mejora rápida. Los cambios modestos pueden tener efectos sustanciales en las colas, la experiencia de los vacunados, las necesidades de personal y la utilización de suministros.

Por ejemplo, en el Estadio Gillette, simplemente girando los mostradores de registro 45 grados, se vio como permitía que el personal que efectuaba el registro viese a las personas de la cola y a la vez al personal que está vacunando. De este modo acortaron el tiempo promedio desde el registro hasta la vacunación, y redujeron las necesidades de personal para dirigir el flujo de personas.

– La planificación del lugar donde se van a administrar la vacunas debe tener una amplia gama de accesos, como por ejemplo, abrir grandes espacios para permitir el acceso en coche, disponibilidad de transporte público desde varios puntos de la ciudad, posibilidad de aparcamiento de bicicletas en el sitio de vacunación…..

Los autores comentan que no tenemos ningún precedente reciente de vacunar a países enteros y, en última instancia, a todo el mundo para poner fin a esta emergencia de salud pública mundial. Con el tiempo, cuando la pandemia esté bajo control, esos sitios cerrarán. No obstante, la planificación debe comenzar ahora para asegurar las capacidades y la infraestructura precisa. Las lecciones aprendidas servirán para futuras pandemias y su posible aplicación a aspectos de la prestación de atención sanitaria y la administración de vacunas que, a fin de cuentas, son medicamentos…. con todo lo que ello implica.

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