Durante el apogeo de la pandemia de covid-19, la atención se desvió de las funciones clave de la atención primaria en la detección temprana de enfermedades y el manejo de afecciones a largo plazo. Sin embargo, las funciones básicas de atención primaria de la salud de primer contacto accesible, integralidad, coordinación, continuidad y centrado en la persona se vieron desafiadas incluso antes de esto.1 La carga de trabajo de los consultorios generales ha aumentado constantemente en la última década. En Inglaterra, entre 2010-11 y 2019, el número total de consultas por paciente registrado cada año aumentó de 4,29 a 5,1723 en una población en crecimiento.
Comparando abril a agosto de 2020 con el mismo período de 2019, el número total de consultas de médicos generales en Inglaterra se redujo en un 20,8%, de 120,66 millones a 95,52 millones. Aunque estas estadísticas deben tratarse con cautela, sugieren que sustancialmente menos citas de atención planificadas tuvo lugar en 2020. El atraso resultante, combinado con la priorización de covid-19 en la atención secundaria, ha provocado nuevas deficiencias en la atención de enfermedades no coviduales.
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